Síndrome tóxico
Leo en El PAÍS del pasado día 20 de julio una carta al director de don Justo del Castillo en la que hace ciertas afirmaciones sobre la epidemiología y toxicología del síndrome tóxico que son inexactas. Estas afirmaciones se basan, aparentemente, en informaciones de EL PAÍS sobre las sesiones de la prueba pericial del juicio en las que participó el profesor Doll, informaciones que, sin embargo, yo no considero inexactas.En primer lugar, el profesor Doll no dijo nunca que, si 100 personas toman una dosis letal de un veneno, las 100 deben ser afectadas. Debo recordar al señor Del Castillo que en toxicología el valor de la dosis tóxica que se maneja es la llamada dosis letal 50 (DL-50), que es la dosis de cualquier compuesto que, administrada por la vía que sea (y la vía en muchos casos es muy importante), causa una mortalidad del 50% de los animales de experimentación. Naturalmente, la DL-50 depende del animal en el que se experimente, y así se sabe, por ejemplo, que la rata es mucho más resistente que otras especies animales a ciertos tóxicos.
En segundo lugar, el profesor Doll no estableció relaciones dosis-respuesta, sino que su informe se limita a recoger y analizar, junto con otros, los resultados de un trabajo del doctor Kilbourne y otros en el que se demuestra que existe una relación dosis-respuesta según la cual los aceites con más de 600 partes por millón (0,6 miligramos por gramo o 0,06%) de anilidas de ácidos grasos... "tienen una elevada probabilidad de haber contenido el agente etiológico, bien ahora o en el pasado". (Cita textual del trabajo del doctor Kilbourne.) Conviene señalar que la relación dosis-respuesta más llamativa se ha obtenido con la oleoilanilida, y no con anilina. El profesor Doll no habló de anilina, sino de anilidas, que, evidentemente, no son lo mismo. En tercer lugar, debo señalar que la referencia al Tratado de farmacia práctica, aparte de su evidente antigüedad, habla de anilidas de ácidos de pequeño tamaño molecular, y no de las anilidas de ácidos grasos de cadena larga, cuya toxicología era desconocida hasta la aparición del síndrome tóxico por ser moléculas que nunca habían aparecido como componentes de una dieta humana. Finalizo señalando que en cuestiones científicas, y más si son de la trascendencia social que tiene el síndrome tóxico, se debe ser muy cuidadoso al hacer afirmaciones sin disponer de toda la información pertinente- Doctor Asesor científico del tribunal del síndrome tóxico.
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