Carreras, un tenor popular
Su primer maestro recuerda que era previsible el éxito del cantante
Los cantantes de ópera no han sido, por lo general, personajes conocidos más allá de los ambientes operísticos o musicales. Sin embargo, algunos apellidos como Callas, Caballé, Pavarotti, Domingo y Carreras, entre otros, han trascendido estos ámbitos. Son nombres que, por motivos diversos, pero sobre todo por su peculiar carisma, son recordados por la gente. Son los populares de la ópera.
El tenor catalán José Carreras es uno de ellos. Su nombre ya hace tiempo que es popularmente conocido por sus éxitos operísticos, por sus recitales multitudinarios al aire libre, por sus discos de música popular, y, sobre todo, por ese famoso vídeo, rodado por una cadena de televisión norteamericana, en el que se mostraban los entresijos de la grabación de una nueva versión discográfica de West Side Story.
"Ya se veía venir que este chico triunfaría", ha manifestado orgulloso Jaume Francesc Puig, primer maestro de canto de Carreras, con el que el tenor catalán aún mantiene contactos. "Algunas veces me ha llamado por teléfono para hacerme alguna consulta", asegura, "pero él normalmente sabe cómo resolver los problemas que se le presentan".
La de Carreras es una vocación operística temprana. Apenas contaba seis años cuando su padre le llevó al cine para ver El gran Caruso, que interpretaba Mario Lanza. Después de presenciar el filme ya no tuvo dudas sobre qué iba a ser cuando fuera mayor. Él sería un cantante de ópera y así se lo dijo a sus padres a quienes convenció para que le matricularan en el conservatorio.
Debuta a los 11 años
La familia Carreras Coll no tenía antecedentes musicales, sólo un abuelo de José era muy aficionado a la ópera. Fue su madre, sin embargo, la que más le apoyó. Y también era ella la que le permitía cantar en su peluquería y quedarse con las propinas que los clientas le daban por sus trinos. El tenor siempre ha lamentado que su madre muriera antes de poder verle convertido en la figura que es hoy.En 1955, su padre le llevó a ver por primera vez una ópera de verdad, interpretada por una de las sopranos más prestigiosas de la época, Renata Tebaldi. Carreras, que tenía 8 años, presenció toda la ópera de pie desde el quinto piso del Liceo, teatro en el que tres años más tarde iba a debutar interpretando el papel de Trujamán en la obra El retablo de Maese Pedro, de Falla. José Iturbi, encargado de la dirección orquestal de la obra, le eligió para que interpretara el personaje.
Su debú infantil le proporcionó nuevos trabajos en otras óperas. Como su intervención en una producción de La Bohème, de Puccini, incorporando el papel del niño que en el segundo acto de la obra pide llorando un caballito de juguete. Durante esta época, los padres de Carreras recibieron diversas ofertas de productores cinematográficos que querían convertirle en un niño cantor del cine, al estilo de Joselito, ofertas que fueron rechazadas por sus progenitores, actitud que el tenor siempre ha agradecido a sus padres.
Carreras compaginó los estudios de música con el bachillerato y se matriculó en la facultad de Química de la universidad de Barcelona por influencia de una hermano mayor, propietario de una pequeña industria. Llegó a realizar dos cursos hasta que decidió dedicar todos sus esfuerzos al estudio del canto.
Sus ídolos eran Enrico Caruso, Miguel Fleta e Hipólito Lázaro, pero desde siempre había sentido una gran debilidad por Giuseppe Di Stefano. El primer disco que se compró era una selección de canciones napolitanas interpretadas por el tenor italiano. Algunos críticos han comparado la voz de Carreras con la de Di Stefano, pero el tenor catalán no encuentra más explicación a esta posible semejanza que la influencia recibida por haber escuchado tantas veces sus grabaciones.
Apoyos
El fútbol era y sigue siendo otra de sus debilidades. Culé de toda la vida, Carreras frecuenta el Camp Nou para ver jugar al Barça. Cuando está de viaje, su hijo mayor, Albert, le llama por teléfono los domingos por la noche para informarle de los resultados de la jornada. Carreras jugó una temporada al baloncesto pese a su baja estatura, 1.70 metros.El Liceo, en el que había visto su primera ópera y, donde había pisado por primera vez un escenario, fue también el teatro en el José Carreras debutó como tenor en 1970, incorporando el papel del romano Flavio en la ópera Norma, de Bellini, junto a Montserrat Caballé. Esa misma temporada. pero ya en 1971, volvió a cantar junto a la soprano catalana en Lucrezia Borgia, y el pequeño papel de Ismaele en Nabucco, con Cornell MacNell. Su voz no pasó desapercibida en los ambientes operísticos.
Montserrat Caballé no tardó en convertirse en su principal promotora, con la ayuda de su hermano, el representante artístico Carlos Cabballé, quien le proporcionó contratos. Ello permitió al tenor ahorrarse varios años de papeles secundarios hasta poder despuntar como primera figura. Carreras cantó con la soprano catalana una versión de concierto de Maria Stuarda, en 1971 en Londres. Al año siguiente, debutó en Estado Unidos en la New York City Opera incorporando el papel de Pinkerton en Madama Butterfly, en este mismo teatro cantó durante un mes tres producciones diferentes; La bohème, La traviata y Lucia di Lammermmoor. Ese mismo año se presentó como tenor en Italia.
Pero el verdadero inicio de su carrera internacional comenzó después de haber obtenido el primer premio en el Concurso de Canto Verdi, en Parma. El galardón le abrió las puertas de los teatros italianos y, más tarde, de los europeos y americanos.
En 1974 empezó a cantar de forma regular papeles de tenor protagonista en los principales teatros de ópera de mundo. El 18 de noviembre de ese mismo año debutó en el Metropolitan Opera House de New York en el papel de Cavaradossi, de Tosca. Y cantó Rigoletto en el Teatro de ópera del Estado de Viena y La traviata en el Covent Garden de Londres. "Es uno de los tenores carismáticos entre el público británico", dijo una responsable del Covent Garden de Londres. Para la próxima temporada está prevista, en mayo, la actuación del tenor catalán en la ópera Andrea Chénier. En la agencia que lo representa en el Reino Unido dijeron no saber nada sobre una posible cancelación debido a su enfermedad.
Karajan
En 1975 debutó en la Scala de Milán con el Ricardo, de Un ballo in maschera. Carreras dejó de interpretar esta ópera en 1982 después de haber cantado este personaje unas 50 veces al año durante diez años seguidos.Aunque Carretas ya era 1976 un cantante con gran prestigio internacional, la invitación del director de orquesta alemán Herbert Von Karajan para intervenir en una nueva producción de la ópera Don Carlo, de Verdi, en el Festival de Salzburgo de ese año, le catapultó hacia la cima de su carrera. Karajan ha hecho de José Carerras su tenor preferido y, le ha invitado año tras año a participar en el festival vienés que él dirige. En 1981 debutó en el Teatro de Ópera de París, uno de los pocos teatros importantes de ópera en los que todavía no habla cantado.
El repertorio de Carreras ha estado siempre integrado por óperas románticas, veristas y de Verdi. Del repertorio belcantista únicamente ha cantado en escena El elixir d'amor, de Donizetti, y en sus recitales incorpora de forma regular algunos temas operísticos de este estilo. Sus papeles preferidos son el Rodolfo de La bohème, que ha cantado a lo largo de su carrera en más de 200 ocasiones, Andrea Chénier, de la ópera homónima de Giordano; y sobre todo el don José de Carmen, de Bizet. Actualmente éste es el papel preferido del tenor catalán, que cantó por primera vez en 1982 en Madrid en una producción del Teatro de la Zarzuela, firmada por la actual directora general de Radiotelevisión Española, Pilar Miró.
Carreras protagonizó el año pasado el filme Romanza final, de José Maria Forqué, y su nombre ha sonado para otros proyectos cinematográficos no realizados.
Babelia
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