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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Antes y después de Hipercor

Quiero suscribir, sin reservas, el análisis y las conclusiones contenidas en el artículo Silencio pacifista, de Xavier Rius i Sant, públicado en EL PAÍS del 16 de julio.Es posible que dentro de algún tiempo, no mucho, podamos hablar de un antes y un después de los atentados a Enpetrol e Hipercor. Para que este después llegue a ser positivo, desde puntos de vista tanto de una potencial izquierda abierta al futuro como de los nuevos movimientos ecopacifistas, sería necesario un debate serio y público, no de sectas y capillitas de iniciados, con el fin de ir soltando el lastre de ambigüedades, confusionismos, demagogias, viejos hábitos sectarios y tribales, hasta encontrar los caminos hacia esa nueva sociedad por la que luchamos, esa utopía pasada gloriosamente de moda, pues es cosa demasiado seria para el snob y el yuppie, y, por tanto, recuperable por la gente seria.

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Antes y después de Hipercor

Debemos asumir todos honestamente la parte solidaria que nos toca de vergüeriza y bochorno por esos silencios culpables y lamentaciones hipócritás que denuncia Xavier Rius ante los crímenes mafiosos, que no errores, de ETA. Debemos congratularnos, eso sí, por el fracaso inicial del presidente González y su ministro Barrionuevo, así como de las patronales catalana y nacional, junto a otras instituciones y personalidades reaccionarias, en sus intentos de contagiar su histeria represiva al conjunto de los ciudadanos. Sin embargo, como adviere Rius, existen amplios sectores de la población que reclaman, todavía sin mucho ruido, la reinstauración de la pena de muerte, por lo que estoy de acuerdo en iniciar una campaña contra esta vuelta a la barbarie, negándole asimismo a ETA, GRAPO o cualquier iglesia del crimen el derecho a disponer de la vida y libertades ajenas.

Somos muchos los torpes e incapaces, como Brassens, de que la música militar nos pueda hacer levantar, ni tampoco capaces de que la lógica militar entre en nuestros duros cerebros, así nos impartan las lecciones profesores tan cualificados como el señor Esnaola, el señor Ydígoras o el señor Narcís Serra. ¿Por qué no intentamos ponernos de acuerdo?. - Ángel Sabroso.

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