España participa con siete largometrajes en las cuatro principales secciones
El pasado martes, en la sesión de la tarde, se oyeron aplausos en la gran sala del hotel Rossia, tras la proyección de La casa de Bernarda Alba, película dirigida por Mario Camus, que compite en la selección oficial del festival. La película gustó al público moscovita y la conferencia de prensa que siguió a su proyección fue una de las más largas y vivas que se ha producido hasta ahora. En la otra sección competitiva, dedicada al cine para niños, se exhibieron Ladron de chatarra, de Antonio García Molina, y Caín, de Antonio lborra.Otros cuatro largometrajes españoles completan, en la secciones infomativas, la aportación española a esta importante edición del festival soviético.
El primero de ellos, La mitad del Cielo de Manuel Gutiérrez Aragón, presentado en la sección Panorama, se exhibió en la peor hora de la peor jornada del Festival: la mañana del lunes. La proyección coincidió con el regreso de los invitados al Festival de un viaje a Leningrado y, tras una noche en tren, casi ninguno de estos invitados entró a ver la película. Los tres largometrajes españoles restantes son Werther de Pilar Miró, Redondela de Pedro Costa y A los cuatro vientos de José Antonio Zorrilla, que fueron exhibidos en la sección informativa. Completa el lote español una serie de seis cortometrajes sobre diversos aspectos de Andalucía, producidos por Luis Mamerto López Tapia.
Mientras tanto, en la sección oficial se han proyectado ya algunas de las películas que más expectación han despertado, en especial, la italiana Entrevista de Federico Fellini, que con El jardín de piedra del norteamericano Fracis Coppola, que clausurará el Festival, es considerada máxima candidata al gran premio.
Otras películas que han hecho subir el nivel de la competición son la polaca El héroe del año, la húngara Besos, mamá, la argentina La noche de los lápices, y la francesa Jean de Florette, interpretada por Ives Montand y Gerard Depardieu, que dio un espectáculo adicional en vivo para presentar su película, con síntomas de llevar algunas botellas mal digeridas de vodka.
Premiar a un extranjero
La también muy esperada El mensajero, de Karen Sajnazarov, única película soviética en concurso, gustó al público, pero no entusiasmó. El mensajero es una película digna, pero los comentarios de los especialistas coinciden en que el cine soviético tiene sin estrenar mejores obras que ésta, por lo que se interpreta su selección para el concurso como una forma de quedar bien ante su público, pero renunciando deliberadamente a optar al gran premio. Para estimular el futuro poder de convocatoria de este festival en lat cinematografía de occidente, los cineastas soviéticos que lo organizan ven con mejores ojos el triunfo de una película occidental que el de una propia.Esto es una argucia política llena de lógica. En medios de la organización de Moscú 87 no se admite de manera explícita y pública este supuesto, pero en privado algunos cineastas soviéticos así lo han reconocido: "Ya ganamos el último festival con Ven y mira. Ahora lo que verdaderamente importa es que sea el propio festival el que triunfe, y la mejor manera de conseguirlo es que el primer premio se lo lleve una película de audiencia mundial".
El hecho es que en esta edicíón del festival moscovita las dos únicas películas con audiencia mundial asegurada son las de Fellini y Coppola. La solución para el dilema la conoceremos la tarde del próximo viernes, pero a no ser. que el jurado internacional que preside Robert de Niro se oponga, dicha solución se sabe aquí de antemano.
Babelia
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