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Encierro sin percances graves

No se registró ninguna cogida por asta de toro en el tercero de los encierros de San Fermín, corrido ayer con seis astados de la ganadería de José Cebada Gago, a pesar de que dos de ellos, descolgados, provocaron durante largos minutos escenas de peligro, al arremeter contra los vallados del tramo final.Los servicios sanitarios atendieron a cerca de medio centenar de contusionados, cifra habitual cada mañana a causa de las caídas, empujones y golpes registrados en estas carreras, en las que para colocarse en las astas es preciso sortear y al mismo tiempo repartir una auténtica batería de agarrones, codazos, pisotones y golpes de y hacia el resto de corredores. Las recomendaciones escritas y reiteradas no parecen servir para mucho, y son decenas y decenas las personas que corren detrás de un toro descolgado, en ocasiones citando al animal para atraer su atención. Los pastores tejen una red con sus varas alrededor del morlaco para evitar que éste se vea rodeado de gente y conseguir que se fije en los auténticos corredores que tiran de él hacia la plaza con un periódico en la mano y siempre por delante.

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El encierro de ayer duró cuatro minutos, pero es evidente que hubiera durado mucho menos si no se citara al toro por detrás, e incluso desde el exterior de las vallas de formas tan irresponsables. Más de uno terminó a golpes con estos gamberros que han provocado a lo largo del tiempo numerosos percances.

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