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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Sobre el 'incidente Janka'

La nota de Pedro Sorela sobre el incidente Janka (véase EL PAÍS del 20 de junio de 1987), acaecido en el Congreso de Escritores de Valencia, requiere un comentario y una aclaración.Mi mesa redonda del día 19, reunida en tomo al tema La guerra civil vista por los otros, se proponía ofrecer la visión de los no europeos sobre aquélla, aunque la ausencia de uno de los oradores previstos, cuya ponencia debía centrarse en sus repercusiones en la intelectualidad de América Latina, redujo dicha visión de los otros a la del mundo árabe.

El editor, periodista y dramaturgo alemán Walter Janka había sido incluido en mi mesa por el comité organizador y di por supuesto que su intervención se reibría al tema objeto del debate.

Al leer el texto de Janka y advertir que no se ajustaba al de los demás ponentes, le dejé una nota en el casillero del hotel, en la que le expresaba mi contrariedad y le proponía conversar sobre el asunto al día siguiente. Una hora antes de la mesa redonda, en el vestíbulo del hotel, le manifesté de nuevo que su intervención habría cuadrado mejor en otras mesas que: en la mía. El señor Janka me pregunto: "¿Es una exclusión?". La palabra me pareció dura (para él y para mí) y me apresuré a responderle: "Si se considera usted excluido, le ruego cordialmente que participe en mi mesa. Mi propósito no era el de excluir a nadie". Convencido de que había aceptado mi invitación de última hora fui a la sede del congreso, y al advertir su ausencia,le llamé efectivamente dos veces a través del micrófono, como é ' ice el corresponsal de EL PAÍS, pero Walter Janka, herido por la brusquedad de la carta y de mis primeras palabras, no se presentó: se había quedado en el hotel y no asistió al debate en el que debía haber participado.

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Enfrentado a las consencuencias de mi breve nota y comentario verbal, quiero expresar públícamente mi desolación ante el hecho de que una persona de la dignidad literaria y humana de Walter Janka no tomara la palabra en el congreso: Walter Janka, cuyo digno historial antifascista de combatiente en las Brigadas Internacionales y resistente antinazi le hacen acreedor de todo mi respeto y simpatía, no merecía una marginación a la que de modo involuntario pero directo contribuí. No fue mi intención la de excluirle y lamento profundamente el incidente.

En cuanto a la referencia de su corresponsal de que no respondí a la primera pregunta que él mismo me formuló en público sobre la ausencia de Janka de la sala, la razón es muy simple: no la entendí. Siendo algo duro de oído -según mi fórmula favorita, no soy sordo como una tapia pero sí como un biombo-, no comprendí su breve frase, enunciada desde el otro extremo de la sala.

No quiero concluir esta carta sin agradecer al señor Janka y a su esposa su generosa aceptación de mis excusas y expresar mi reconocimiento personal a quien tan valientemente luchó por la causa de la libertad, encarnada hace 50 años por la España republicana.- Juan Goytisolo.

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