El joven Rust verá hoy a sus padres
Los padres del joven piloto germano-occidental Mathias Rust, que aterrizó el 28 de mayo pasado en la plaza Roja de Moscú, se entrevistan en la mañana de hoy (a las nueve, hora peninsular española) con su hijo, internado en la cárcel moscovita de Lefortovo.Monika y Karl-Heinz Rust, residentes en Hamburgo, llegaron a Moscú a primera hora de la tarde de ayer en un vuelo regular de Lufthansa, procedentes de Dusseldorf. Los Rust verán a su hijo en la cárcel, acompañados cónsul germano-occidental
Schroembgens,según confirmó la embajada Schroembgens ya se entrevisto con el piloto encarcelado el 1 de junio, pocos días después de la aventura de Rust.
Los Rust tienen un visado válido para tres días, que ha sido expedido por el consulado soviético en Hamburgo, según fuentes germano-occidentales.
Los padres de Mathias han firmado un sustancioso contrato exclusivo con el semanario germano-occidental Stern para publicar la historia del vuelo del piloto, según informaciones de la Prensa alemana. Al parecer, los Rust llegaron a Moscú acompañados de un enviado especial de la revista. En medios germano occidentales en Moscú existía ayer la impresión de que el caso Rust podría evolucionar rápidamente en los próximos días, y el joven podría incluso ser liberado antes de la visita del presidente de la RFA, Richard von Weizaecker, a Moscú, que comienza el 6 de julio.
El diario Pravda, órgano oficial del PCUS, publicaba ayer un comentario sobre el vuelo de Rust, a quien calificaba de aventurero, rechazando para él el calificativo de mártir.
El comentario, firmado por el corresponsal en Bonn, Yuri Yajontsov, llamaba la atención sobre las contradictorias manifestaciones de los padres de Rust y expresaba escepticismo ante la hipótesis de una misión de paz a Moscú. Pravda aseguraba que Rust había puesto en peligro su vida y la de mucha gente.
La gesta de Matías Rust produjo el cese fulminante del ministro de Defensa soviético, Sergel Sokolov, y del jefe de la Defensa Antiaérea soviética, Alexander Koldunov, así como una hilaridad popular sin precedentes en los últimos años en la URSS.
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