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La viuda de Andrés Segovia quiere enterrarle definitivamente en Linares

Emilia Corral, viuda de Andrés Segovia, ha manifestado que los restos mortales de Andrés Segovia, enterrado el jueves en el cementerio de San Isidro, de Madrid, reposarán en un futuro en Linares (Jaén), ciudad natal del guitarrista andaluz, que falleció el martes, a los 94 años de edad. La viuda, que prefiere que siempre se le llame Emilia Segovia, mandará además construir un panteón en Linares, "en donde, además de Andrés, reposarán en su día mis propios restos mortales", según dijo.

El alcalde de Linares, Alfredo Catalán, expresó el miércoles en Madrid el deseo de la ciudad jienense para que Andrés Segovia fuera enterrado en Linares. "Prometo", señaló la viuda del guitarrista, "que, en un futuro, los restos de Andrés serán trasladados a Linares. Ahora sólo pido que me lo dejen un poco conmigo, porque yo vivo en Madrid, y quiero poder verle en el momento que lo necesite".

Emilia Segovia desmintió, por otro lado, que su marido hubiera fallecido en su domicilio cuando veía la televisión, tal y como se difundió en un primer momento. "Andrés", subrayó, "falleció en mis brazos y en los de nuestro hijo Carlos Andrés. Se sintió mal y se acostó. Él se dio cuenta de que Dios le llamaba. No podía respirar. Carlos Andrés le apoyó en su pecho y yo le cogí la mano y la cara. Y así murió. No acepto, por tanto, que estuviera viendo la televisión". En cuanto a las memorias que comenzó Andrés Segovia sobre su propia vida, manifestó que, desgraciadamente, no ha podido finalizarlas. "Espero", dijo, "que con el tiempo, en un largo tiempo, yo pueda poner en orden todos los apuntes que había elaborado en los últimos años de su vida".

Editorial de 'New York Times'

Por otro lado, la agencia Efe informaba ayer que el periódico The New York Times afirmaba en un editorial que millones de norteamericanos no habrían sido iniciados en Bach, Haydn y Mozart si no hubieran conocido antes a Andrés Segovia.El influyente diario señalaba que estos norteamericanos conocieron la música de Segovia cuando eran jóvenes, no en salas de conciertos, sino en los cafés literarios y en las residencias universitarias. "Escuchaban las delicadas, intrigantes y fuertes grabaciones de Segovia y soñaban con poder capturar alguna vez estos sonidos en sus propias guitarras", afirmaba el editorial.

El diario decía también que ahora se puede escuchar en las calles y en los pasillos de los metros de Estados Unidos a músicos callejeros interpretando a Bach o Albéniz, y decir: "Segovia pasó por aquí".

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