Reagan favorece un cambio en la política de la Reserva Federal
La dimisión de Paul Volcker como presidente de la Reserva Federal norteamericana se llevó a cabo a pesar de los ruegos de la Administración de Ronald Reagan para que permaneciera en su puesto por un tercer mandato. No obstante, nada indica que Ronald Reagan le pidiera a Volcker que se quedara en interés de la nación, una petición a la que el presidente de la Reserva Federal y segundo hombre más poderoso de Estados Unidos no hubiera podido negarse. En realidad, cuando las elecciones presidenciales de 1988 están a la vuelta de la esquina, parece ser que Reagan y el Partido Republicano prefieren tener al mando de este organismo a un hombre menos independiente y poderoso.
El nombramiento de Alan Greenspan como nuevo presidente de la Reserva Federal indica a la vez continuidad y cambio en el mencionado organismo, señala el New York Times Service. Como su predecesor, Greenspan es un hombre de probada profesionalidad, integridad y competencia. No obstante, su nombramiento parece indicar que el presidente de EE UU y algunos de sus consejeros quieren introducir un cierto cambio en la Reserva Federal. Después de largos meses de incertidumbre sobre su nueva designación, Paul Volcker tenía motivos para pensar que la Casa Blanca no quería que continuara en su puesto.
Algunos consejeros del presidente temían que, ante las próximas elecciones, los republicanos no iban a recibir el apoyo necesario por parte de la Reserva Federal. Volcker, pensaban, podía repetir la decisión tomada durante los últimos meses de la presidencia de James Carter: aumentar los tipos de interés. Y es cierto que Volcker no hubiera dudado en aumentar los tipos para combatir la inflación y apoyar la estabilidad del dólar.
Postura de la banca
Curiosamente, este hombre, admirado mundialmente por haber conseguido rebajar la inflación en su país, tenía poderosos enemigos en la banca. Algunos grandes bancos se oponían a su política, por considerar que iba en contra de la desregulación del sector. A Volcker no le convencía la idea de que grandes corporaciones, como Sears o General Motors, entraran en la banca.Por su parte, los mercados europeos y asiáticos reaccionaron con un descenso del dólar a la dimisión de Volcker. Pero la caída de la divisa norteamericana, al igual que la del mercado de Wall Street, fue ayer mucho menor que el día anterior. También en Latinoamérica se reaccionó en contra de esa decisión. La mayoría de los expertos financieros indicó que el nombramiento de Greenspan abría incertidumbres en las negociaciones de la deuda externa. "Paul Volcker era y seguirá siendo un gran amigo de México", afirmó ayer el ministro de Finanzas. mexicano, Gustavo Petricioli.
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