EE UU aumenta su implicación Militar en el Golfo
Ronald Reagan, decidido a evitar que Irak pierda la guerra contra Irán y a que la URSS aumente su influencia en el Próximo Oriente, ha dado la luz verde a un plan para reforzar la presencia naval norteamericana en el golfo Pérsico, proteger a los petroleros kuwaitíes y, eventualmente, responder militarmente a Teherán si éstos o los buques de escolta son atacados. El presidente trata también de recuperar prestigio entre los países árabes moderados tras el desastre de Irangate y de mostrarse como un líder firme y que dirige la política exterior, frente a un Congreso que duda sobre la conveniencia de una mayor implicación en el Golfo.
Reagan insistirá ante los aliados occidentales, que se reunirán el 8 de junio en Venecia, para que estos compartan la carga de la defensa de la libre navegación en el Golfo Pérsico, del que Europa recibe el 25%. de su petróleo, Japón el 60% y EEUU sólo el 7%. De momento, los miembros de la OTAN han rechazado esta sugerencia.En un plazo de dos a tres semanas, necesario para que la Marina refuerce sus efectivos en el Golfo y asegure una cobertura aérea a sus barcos, Estados Unidos comenzará a proteger convoyes marítimos, similares a los que cruzaban el Atlántico en la II Guerra Mundial, de petroleros 'uwaitíes que navegarán bajo bandera estadounidense.
El Congreso, irritado por el ataque contra la fragata Stark, en el que murieron 37 marineros norteamericanos, teme que EEUU se vea envuelto en una guerra con Irán y exige que el presidente invoque la Ley de Poderes de Guerra o, al menos, informe detalladamente al Parlamento de qué órdenes tiene la Marina si los petroleros de Kuwait o sus propios barcos son atacados. "Existe un riesgo muy real de conflicto", admitió ante el Congreso el número dos del Pentágono, Richard Armitage.
Estados Unidos enviará tres nuevos buques de guerra al Golfo, entre ellos un avanzado crucero del tipo Aegis, un barco de 1.000 millones de dólares (unos 125.000 millones de pesetas), con un equipo electrónico capaz de detectar y defenderse de 18 misiles enemigos a la vez, el sistema de defensa más avanzado del mundo. Con la llegada de estos barcos la flotilla estadounidense integrará a nueve navíos. Los sistemas de defensa de las fragatas del tipo Stark, que España también ha comprado para su Marina, fallaron esta semana en unos ejercicios en que se simularon ataques con misiles del tipo Exocet.
Un mar peligroso
Un portaviones permanecerá en la boca del Golfo Pérsico, sin penetrar, ya que es un mar muy estrecho y peligroso para un grupo aeronaval, para proporcionar cobertura aérea y ejecutar represalias si es necesario. En éste caso el Pentágono necesitaría un segundo portaviones. Un probable objetivo serían, según analistas militares, los misiles antibuque chinos Silkworm, a punto de ser instalados por Irán en la boca del estrecho de Ormuz. Tienen un alcance de 50 millas (más de 90 kilómetros) y cubren perfectamente el estrecho, cuya anchura es de 21 millas en su punto más angosto.Los aviones radares AWACS y los antisubmarinos P-3 Orion seguirán patrullando desde bases en Arabia Saudí y Omán. Washington continúa intentando conseguir permiso para que los países ribereños del Golfo le cedan bases para situar en ellas a su avi ación de ataque, pero hasta ahora no lo ha conseguido.
«Buscamos la paz y no una provocación", afirmó Reagan en una intervención televisada, el viernes, en la que defendió el reforzamiento de la presencia militar de EEUU en la región para impedir que "Irán y la Unión Soviética impongan su voluntad sobre los Estados árabes amigos del golfo Pérsico e Irán bloquee el libre paso de barcos neutrales". El Presidente aseguró: "Esto no ocurrirá mientras yo esté en la Casa Blanca". "Estoy decidido a que nuestra economía no vuelva a ser jamás rehén, a que no volvamos a las colas ante las gasolineras (referencia al choque petrolífero de los años setenta), a los días de escasez, inflación, desorden económico y humillación internacional".
Aunque Reagan no dió detalles de qué piensa hacer, se sabe que el Presidente de la Junta de Estado Mayor, almirante William Crowe, ha obtenido garantías del presidente de que la misión norteamericana de escolta comportará represalias automáticas contra cualquier atacante de los buques de EEUU. El Pentágono, que se queja de que lo ocurrido con la fragata Stark es producto de la ausencia de un objetivo claro para la flotilla norteamericana en el Golfo, ha pedido al Presidente el compromiso de que no ocurra como en Líbano, cuando EEUU se retiró tras el ataque contra los marines. Los militares son partidarios de una mayor presencia y a más largo plazo en la región, capaz de reforzar las relaciones con los países árabes moderados muy deterioradas tras el Irangate.
Este desastre de la política exterior de EEUU ha sido también aprovechado por la URS S que, en noviembre, respondió inmediatamente a la petición de una monarquía moderada como Kuwait para proteger a sus barcos. El consejero de Seguridad Nacional, Frank Carlucci, ha dicho que la presencia soviética en el Golfo es "muy indeseable" anque reconoce que también favorece la libre navegación.
La Unión Soviética acaba de enviar tres dragaminas al Golfo, que se unirán a las dos fragatas que ya están operando en la zona desde finales del pasado año, según fuentes diplomáticas en Bagdad citadas por el diario norteamericano The Washington Post.
Estados Unidos mantiene una oficial neutralidad en la guerra del Golfo pero los acontecimientos de las últimas semanas no dejan lugar a duda sobre su tendencia proiraquí.
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