Caspar Weinberger propone una 'cumbre' aliada para reforzar el armamento convencional en Europa

Los ministros de Defensa de la OTAN concluyeron ayer sus tres días de debates en Bruselas con un llamamiento a favor del reforzamiento del armamento convencional. El secretario norteamericano, Caspar Weinberger, llegó incluso a evocar la necesidad de convocar una cumbre de jefes de Estado o de Gobierno de los países aliados para lograr este propósito, según indicó el titular italiano de Defensa, Remo Gaspari. Los aliados europeos de EE UU reservaron una fría acogida a la sugerencia de EE UU de que contribuyan más directamente a la defensa del golfo Pérsico o sustituyan en el Mediterráneo a unidades de la VI Flota norteamericana temporalmente destacadas en la protección de la ruta del petróleo.

En una conferencia de prensa que pronunció al término de la reunión del Comité de Planes de Defensa (CPD), Weinberger aseguró que no había formulado "peticiones ni solicitudes" a los aliados, con los que 'sí he discutido lo que es necesario hacer para garantizar el libre acceso (...) a una región de una importancia vital", de donde procede el 40% del petróleo que consume Europa.El secretario general de la OTAN, lord Carrington, recordó, por su parte, que la Alianza "como tal no tiene nada que decir sobre lo que sucede fuera de su zona", aunque, prosiguió, "supongo que Weinberger habrá, en sus encuentros bilaterales, abordado concretamente el tema" del Golfo, pero el secretario de Defensa se negó a precisar con qué ministros discutió a solas el asunto.

"Definiré simplemente esas conversaciones", afirmó el máximo responsable del Pentágono, "como preliminares y confidenciales", y rehusó dar más detalles, limitándose a señalar que la única opción colectiva posible en relación al Golfo consiste en "organizar compensaciones", por si las fuerzas militares norteamericanas adscritas a la OTAN fuesen temporalmente destacadas en otras regiones. "No hemos venido aquí con un saco para rellenar, pero no volvemos a casa con las manos vacías", concluyó.

La sustitución en el Mediterráneo de unidades de la VI Flota enviadas al Golfo correspondería, según fuentes diplomáticas, a Italia y España, porque el Reino Unido y Francia ya desempeñan misiones, junto a la de EE UU, en aguas de la península Arábiga, y las de Grecia y Turquía no inspiran la suficiente confianza al Pentágono como para encargarles ese cometido.

Un funcionario de la delegación del Reino Unido, un país al que junto con Francia Weinberger agradeció su apoyo en la protección de la ruta del petróleo, aseguró también que EE UU no formuló el deseo de que la Royal Navy, incrementase su presencia en esa conflictiva región.

Los responsables de los tres mandos militares de la Alianza expresaron ante los asistentes al CPD su creciente preocupación por el desequilibrio militar en armas convencionales entre la Alianza Atlántica y el Pacto de Varsovia, e hicieron especial hincapié en el escaso nivel de almacenamiento de municiones y en las dificultades que conllevaría la acogida e incorporación al combate de las tropas norteamericanas transportadas a Europa en caso de guerra. Sus oyentes, los ministros, se comprometieron en el comunicado final de la reunión a fortalecer la defensa clásica, en la que, reconocieron, subsisten "graves insuficiencias", y reiteraron la necesidad de respetar el "objetivo de un crecimiento real del 3%". del presupuesto militar, que sólo han cumplido en los últimos años EE UU, Italia, Noruega, Portugal y Luxemburgo.

Defensa indivisible

"La defensa de Europa y de Norteamérica es indivisible", afirma también el comunicado, y "el compromiso de las fuerzas nucleares norteamericanas en Europa sigue siendo indispensable, así como la presencia continua de las fuerzas canadienses y estadounidenses en los niveles existentes (...)". La frase contituye una réplica a los congresistas de EE UU que abogan por su rétirada parcial del Viejo Continente.Los ministros aprobaron, por último, como cada año, una guía ministerial que marca la orientación política de los planes de defensa, y en la que, por primera vez, se menciona a España, cuyo ingreso en la Alianza Atlántica se considera un refuerzo político y militar. "E1 año próximo", indicó el embajador de España ante la Alianza, Jaime de Ojeda, "figuraremos ya en el ciclo de planeamiento" de la defensa.

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