_
_
_
_
BARCELONA

Cogida grave de El Chavea

A El Chavea le mandó el tercero de la tarde para el hule. Se adivinaba el percance con anterioridad, pues el sentido del toreo de este joven matador anida en el difícil equilibrio del filo de la navaja: o por la puerta grande o a la enfermería. Y ayer se produjo la vertiente trágica de su personal condición. Hace pocas semanas abrió su triunfo al cortar, en esta misma plaza, tres orejas. Sin embargo los novillos de ayer, feos, escurridos, algunos sin cara, todos sin trapío, ásperos e incómodos y pertenecientes a El Sierro, cuatro, y dos a Ortigao Costa, tenían algo más que torear que esas peritas en dulce que sueltan por otros cosos a novilleritos de campanillas.Si ayer hubo un carretón en el ruedo éste fue el primero de El Sierro, que le tocó, en suerte y tal vez en desdicha, a Miguel Marcos. No se gustó, menos se creyó Joselito y lo de la patalante debe ser un concepto invisible para él.

El Sierro / Marcos, Porcel, El Chavea

Cuatro novillos de El Sierro y dos deOrtigao Costa. Descastados, ásperos, pobres de presencia. Miguel Marcos: oreja, aplausos, vuelta. Manolo Porcel: silencio, silencio, palmas. El Chavea: cogido al torear de muleta a su primero. Sufre cornada en la pierna izquierda con dos trayectorias, una de 12 centímetros y otra de siete disecando el vaso interno y la vena femoral. Pronóstico grave. Plaza de Barcelona, 24 de mayo.

Despachó al astado del percance de El Chavea y restablecidos del susto diestro y cuadrillas, volvió Marcos a ignorar la lidia que pedía el cuarto y en su demérito ofreció el reiterativo derechazo al uso y costumbre actual que deja inédita la imaginación del diestro que lo ejecuta.

El toreo arcaico de los años 50, versión capeas, lo lleva echando la patalante El Chavea, y en esa constante pugna del tú o yo vino, como se adivinaba, el tabacazo que tras el tercer derechazo, se tragó este valeroso diestro a quien la afición de la Monumental había recibido, tras el paseíllo, con una ovación de gala.

A Manolo Porcel le dieron su oportunidad, tal vez excesiva, habida cuenta que para venir a este magno coso hay que tener un mínimo de rodaje. Verde y sin sitio ante sus enemigos deambuló este torero por el ruedo, que se le tuvo que hacer enorme. Tampoco iban a ser para él dulces sus novillos y, carente de técnica, ante los ásperos astados, estuvo con sus constantes desarmes al albur de la cornada. Milagrosamente salvó el pellejo.

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_