Campuzano chico.
Tomás Campuzano, o Carripuzano chico -por contraposición a su hermano mayor, José Antonio, que se hace llamar "el grande"- se va de la feria sin orejas, sin vueltas al ruedo, sin apenas apuntar detalles toreros como el remate a una mano que interpreta el pintor Onésimo Anciones. Culpa a las dificultades del ganado, yalgo de eso hay. Las empresas lo relegan a las corrí das duras, con el pretexto de que no es torero de arte; como si tantos que tienen trato de figuras lo fueran. El pequeño de los Campuzano tiene, en cambio, oficio, y luciría más su torería si abandona ra esos vicios técnicos de torear con el pico, suerte descartada, que el público cada vez acepta menos
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