Riña en la arena.

Rafael de Paula y Roberto Domínguez tuvieron ayer una pelea en el ruedo de Las Ventas por las supuestas intervenciones extemporáneas de ambos en los tercios de quites. Cada uno de los diestros se sintió ofendido cuando el otro capoteaba a su toro, e intercambiaron palabras duras, descalificaciones, malos gestos, que trascendieron al público. Incluso un banderillero de Domínguez -El Millonario- se creyó con derecho a mediar en la pelea, gritando a Paula en medio del ruedo, con flagrante falta de respeto al matador y al público que presenciaba, atónito, estas insólitas escenas. Dentro de lo desagradables que fueron estas situaciones, pareció que habrían sido oportunas para que las aprovecharan ambos espadas y compitieran seriamente en quites, demostrando frente al toro y ante el público su supremacía artística. Pero no fue así. Sólo hubo mal humor y gesticulaciones donde debió haber torería. Una categoría de la fiesta a la que únicamente supo hacer honor Sandín.