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Universidad al Sur, sin perder el Norte

La región madrileña es, pese a lo hecho los últimos años, un territorio desequilibrado y desigual. La lamentable herencia recibida, aquel desolado Gran Madrid desarrollista que convirtió el área metropolitana en sombrías ciudades dormitorio sin apenas equipamiento se está corrigiendo con esfuerzo.Mirar al Sur, tener Ios ojos puestos en el Sur, ha sido un objetivo básico de la política redistribuidora mantenida por la izquierda desde los ayuntamientos a partir de las primeras elecciones municipales y también desde la constitución de la Comunidad de Madrid.

Seguir avanzando es no sólo una voluntad política, sino también es una estricta obligación ideológica. Configurar la región madrileña como un espacio igualitario, constituye uno de los rasgos esenciales que definen el proyecto de los socialistas para el Madrid de los próximos años.

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En este contexto se inscribe la oferta del PSOE para crear infraestructura universitaria en el sur de Madrid.

Sin ánimo de polémica, puede resultar útil no tanto aclarar extremos puramente semánticos (Universidad del Sur, para el Sur o en el Sur) como advertir algunos de los riesgos inherentes a posturas demagógicas o testimoniales en la perspectiva. electoral, a menudo poco propicia a la reflexión. Llevar la Universidad al sur de Madrid es conocida aspiración de los ayuntamientos democráticos desde los comienzos de la década.

Desconcentración

Los socialistas vamos a apostar decididamente por convertir esta aspiración en realidad, y así lo hacemos constar públicamente. Recuperar equipamientos urbanos para fines educativos -tales como el cuartel de Saboya, en Leganés, un espléndido edificio situado en el corazón de la Zona Sur- es, sin duda, una operación política de singular relevancia.

Es preciso, con todo, definir el modelo desde el que se desea atender a la vez el crecimiento de la demanda universitaria y la aproximación de la oferta a zonas olvidadas a la hora de planificarlas.

Tomar partido por un esquema de desconcentración frente al de desmesurada elefantiasis del aniplio campus es, en este sentido, la mejor y más progresista de las opciones posibles.

Por ello, un programa de gobierno que apuesta por el progreso y, desde él, por la igualdad y la solidaridad, debe combinar con imaginación las preguntas necesarias con las respuestas posibles.

Lejos de lo necesario, una nueva Universidad madrileña diseñada como un gueto para los hijos de las clases trabajadoras que viven en el Sur. Lejos de lo necesario, una Universidad devaluada que sólo serviría para aumentar la distancia social entre sus usuarios y el resto de los estudiantes madrileños. Lejos de lo necesario, una aventura cuyo destino final puede ser la mediocridad de mañana como resultado de la demagogia de hoy.

Madrid debe apostar por que en el Sur haya también centros universitarios, porque el Sur, en suma, posea un tejido universitario propio. Pero la apuesta ha de establecerse desde el rigor de lo realizable, porque la creación de infraestructura universitaria en la Zona Sur no puede llevarse a cabo al margen de la planificación del conjunto de oferta universitaria que proporciona el Ministerio de Educación y Ciencia con las universidades madrileñas ya existentes.

Una Universidad del Sur hecha desde la improvisación es el peor servicio que se le puede prestar a la Universidad y al Sur. Conviene, pues, que los centros universitarios que el Sur necesita se diseñen sin perder el Norte.

Joaquín Leguina es el presidente de la Comunidad.

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