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Pujol muestra su simpatia por la causa del pueblo Judio

El presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, hizo ayer en Bet Shemesh, a mitad de camino entre Jerusalén y Tel Aviv, el mayor elogio que un nacionalista catalán podía hacer al Estado de Israel: comparar los esfuerzos del pueblo israelí por ser una nación con los de Cataluña. Pujol mostró su simpatía por la causa de Israel en el transcurso de un acto organizado por la fundación ecológica Keren Kayenet, que consistió en la plantación de 2.000 pinos de Jerusalén en un paraje que ahora se denominará El bosque de Cataluña.En un marcó ruralista bastante apropiado para el tipo de reflexiones que gusta hacer Pujol, aprovechó la ocasión para lanzar el más claro alegato. en defensa de la nación catalana de los últimos meses y para enviar desde Tierra Santa un mensaje a sus conciudadanos: Cataluña debe tener la fe del pueblo israelí para conseguir sus más altas ciotas de autogobiemo.

De esta filosofia estuvo impregnada toda la intervención de Pujol, hecha indistintamente en castellano y catalán. Utilizó esta última lengua para dar mayor realce y contenido político a sus palabras, y para subrayarlo comparó también los esfuerzos de Israel por resucitar su lengua y ponerla al día con los que hace Cataluña con su idioma propio.Pujo¡ explicó todo eso a sus anfitriones, miembros de la organización ecologista más importante de Israel -que ha plantado 200 millones de árboles en una zona que era desértica hace cien años-, y a los miembros de la colonia judía en España, autoridades locales y representantes diplomáticos españoles. "Si tenemos que ser una nación, tenemos que hablar como una nación, con nuestra propia lengua" aseguró Pujol.

El programa de ayer de Jordi Pujol se completó con una entrevista con el ministro de Asuntos Exteriores, Simon Peres, a quien reiteró su amistad con Israel, una rueda de prensa con periodistas económicos, y la presentación en Tel Aviv del seminario Inversiónes y negocios en Cataluña.

El conseller de Agricultura de la Generalitat, Josep Miró Ardévol, y el ministro de Agricultura de Israel, Arieli Nechanikin, firmaron un documento de cooperación en materia agraria. Para evitar problemas diplomáticos, el convenio se denominará oficialmente carta de intenciones, ya que la Generalitat no puede suscribir documentos de aquella naturaleza.

La colaboración se reflejará en campos diverlos, como la realización de estudios sobre mercados europeos agroalimentarios y el asesoramiento de técnicos isrealíes en progralpas de regadíos en Cataluña.

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