Funcionarios de prisiones piden cárceles especiales para los enfermos del SIDA
La Unión de Funcionarios de Instituciones Penitenciarias (UFIP) criticó ayer en un comunicado la actitud del Ministerio de Justicia en relación con la propagación del virus del síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA) en los establecimientos penitenciarios y solicitó la creación de cárceles especiales para los reclusos afectados por la enfermedad. En un comunicado advirtieron que realizarán las medidas de presión necesarias a fin de que el ministerio atienda sus peticiones.
La organización de funcionarios de prisiones denunció el silencio de las autoridades, que, en su opinión, se han visto desbordadas por la gravedad del problema. El comunicado añade que "la alarma y preocupación existentes en la población reclusa podrían desembocar en desórdenes colectivos graves en el interior de los centros penitenciarios".La plataforma reivindicativa de la UFIP pide la creación de establecimientos penitenciarios especiales para los internos afectados por el SIDA, así como la dotación de dependencias específicas en el resto de los centros mientras se tramita su rápido traslado a un establecimiento especial.
Piden también un análisis clínico al ingreso de los internos y a toda la población existente con la necesaria periodicidad y frecuencia, desinfectar los establecimientos penitenciarios y que se facilite información con el número de internos afectados por la enferemedad, así como de aquellos que son portadores de anticuerpos del SIDA.
En relación a los funcionarios, la organización pide que se les dote de los medios adecuados -tales como guantes desechables de goma tipo cirujano, mascarillas, batas desechables para el caso de intervención ante un interno que presente una herida sangrante- un aumento salarial de 30.000 pesetas por los riesgos que conlleva tratar con este tipo de enfermos y la declaración del SIDA como enfermedad profesional.
Los estudios realizados hasta el momento en algunos centros penitenciarios arrojan un elevado número de portadores de anticuerpos del SIDA entre los reclusos. Ello se debe al gran número de penados que son drogadictos por vía intravenosa, colectivo que en España esta a la cabeza de los grupos de riesgo.
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