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España quiere concretar qué unidades estarán destinadas a participar en misiones de la Alianza Atlántica

Andrés Ortega

España y la OTAN ya han concretado en sus rasgos generales cuál será la contribución militar española a la Alianza, sin caer en la integración militar. Falta aún entrar en los detalles de qué unidades españolas estarán destinadas a misiones de la Alianza, aunque permanezcan siempre bajo mando nacional, indican fuentes españolas."Algunas personas no se han enterado aún de que la no integración militar no descarta que España vaya a hacer una contribución militar a la Alianza", señalan estas fuentes. De hecho, la comunicación del Gobierno para el debate sobre paz y seguridad menciona "una contribución significativa a la seguridad aliada", y añade que "las fuerzas españolas, bajo sus mandos nacionales, desempeñarán misiones en aquellos espacios de interés estratégico español".

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Estas misiones se centrarán fundamentalmente. en el área Baleares-Gibraltar-Canarias, en el norte de España, en la defensa aérea y en tener preparado un dispositivo para la llegada de refuerzos. Algunas de estas misiones rebasan el estricto ámbito del territorio español, su espacio aéreo y sus aguas jurisdiccionales.

Respecto a la llegada de refuerzos, recuerdan las fuentes, España no pide a EE UU, en las negociaciones bilaterales, el cierre sino la reducción efectivos de las bases de Torrejón y Zaragoza, que permanecerían disponibles para casos de crisis o conflicto.

Aún falta por determinar qué unidades españolas asumirán estas misiones, aunque esta es una cuestión, según estas fuentes, en la que ya se ha entrado en la fase de consultas diarias entre España y los servicios de la OTAN, y sobre la que los ministros de Asuntos Exteriores y de Defensa podrían hoy aportar más detalles.

El objetivo es firmar acuerdos de coordinación entre los mandos españoles y los de la OTAN, aunque aún no hay plazo para ello. Las misiones de fuerzas norteamericanas que permanezcan en España se integrarán también en estos acuerdos de coordinación, en la medida en que estén asignadas a la OTAN. No deja de ser curioso que mientras las fuerzas españolas no están integradas en la OTAN, las fuerzas de EE UU en España sí lo están. La realidad de la contribución militar española a la OTAN se concretará en los acuerdos de coordinación, que serán secretos.

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Las fuerzas españolas quedarán bajo mando nacional, aunque en caso de conflicto pasen bajo control operativo aliado.

La Administración insiste en que, frente a los países integrados en la estructura militar de la Alianza, en España no habrá automatismo de la respuesta en caso de conflicto (control político) y la OTAN no mandará sobre fuerzas españolas (control militar). Sí hay automatismo, sin embargo, a través de la UEO (Unión Europea Occidental), en la que España aspira a ingresar y en cuya asamblea parlamentaria ha incrementado el número de sus observadores.

Este es también el caso francés. A diferencia de Francia, España sí participará en el planeamiento militar de la Alianza, con un sistema análogo al de los países integrados. Esto obligará a mantener a un alto nivel de preparación y de dotación de las unidades que desempeñen misiones para la OTAN, sin perjuicio, añaden estas fuentes, de que otras unidades estén asimismo bien dotadas, pues "en nuestro caso la amenaza no viene sólo del Pacto de Varsovia, sino también del Sur".

Armas nucleares: información, sí; participación, no

A. O. El Gobierno, en su comunicación para el debate sobre Paz y Seguridad manifiesta ser "consciente del papel" que para la disuasión "desempeñan las armas nucleares" y España, comparte la doctrina de la OTAN en este campo. El Gobierno no ha querido, sin embargo, hasta ahora intervenir activamente en los ejercicios de la OTAN que, anualmente, prueban las reacciones de las capita les y deciden, sobre el papel, el uso del arma nuclear en un conflicto ficticio. La Administración, con las negociaciones en curso sobre la participación española en la Alianza, se ha limitado en este campo a recibir información, pero no a participar en las decisiones. España es un país desnuclerizado en su territorio, pero no en sus aguas jurisdiccionales, donde transitan buques norteamericanos con este tipo de armamento. A pesar de ello las instalaciones de EE UU en España tienen un destacado papel en la estrategia nuclear de la Alianza y de Washington. El Gobierno explicará con más detalle las razones que le han impulsado a suscribir el TNP (Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares) y la postura que mantiene ante las diversas negociaciones sobre control de armamentos y desarme.

El Gobierno socialista, a raíz del referéndum sobre la OTAN, ha comenzado a mostrarse más activo y adoptar posturas más concretas, y en algunos casos propias, sobre las negociaciones de control de armamentos entre Este y Oeste. Estos son temas candentes que animan debates en otros parlamentos de Europa occidental.

Respecto a las negociaciones sobre los cohetes de las superpotencias en Europa, España es partidaria de la opción cero para los euromisiles. Sobre los cohetes de más corto alcance, España no muestra una particular preocupación por su desaparición, pero, dados los temores de algunos de sus aliados -Bonn y Londres en particular-, quiere una "solución solidaria" por parte de la OTAN, como indicó el pasado jueves en Bruselas el titular de Exteriores, Francisco Fernández Ordóñez.

Estabilidad convencional

En las conversaciones preliminares de Viena sobre estabilidad convencional en Europa, en las que participan los 23 países miembros de la OTAN y del Pacto de Varsovia, España mantiene una actitud similar a la francesa en el sentido de vincular de algún modo estas futuras negociaciones al proceso, más amplio al contra con 35 países, de la CSCE (Conferencia de Seguridad y Cooperación en Europa), mientras EE UU insiste en la necesidad de negociaciones bloque frente a bloque.

Las futuras negociaciones no versarán directamente sobre desarme de armas convencionales -número de tropas, efectivos, etcétera-, sino sobre un cambio en la estructura de las fuerzas de ambos bloques para dificultar una agresión. Las Fuerzas Armadas españolas no se sienten directamente afectadas por estas, negociaciones en razón de su situación geográfica.

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