Reconversión social

Los actuales momentos históricos en que vivimos los españoles (coIza, mendicidad, droga, inseguridad ciudadana, corrupción, los escandalosos gastos militares y sobre todo el paro creciente) piden a gritos una reconversión moral a la que debemos someternos todos, porque si no la hacemos volveremos a 1936 y nos echarán de la Comunidad Europea.Nuestra situación es muy compleja, pues hablendo adultos y también muchos jóvenes terroristas especialistas en romper farolas como el cojo vasco y otros que, huyendo del esfuerzo rechazan la selectividad exigiendo además un salario que muchos derrocharían, como hicieron algunos de estos gastando 9.000 pesetas en una cena carnavalesca.

Mas no todos los jóvenes tienen estos fallos, pues habiendo entre ellos muy buenos trabajadores y con coche propio, opinan que en gran parte los obreros tienen la culpa del paro.

Esto indica que, a pesar del retraso socio-educativo que padecemos los españoles (que nunca interesó a los dirigentes responsables), todavía es posible que un equipo de ilusionados educadores sociales hagan pensar, por ejemplo, a quienes disfrutan de sueldos enormes, de inmensa riqueza o de abusivas ganancias bancarias. Si todas las personas necesitamos satisfacer las mismas exigencias vitales, ¿por qué hay tanta diferencia ambiental entre nuestra realidad y la de tantos mendigos como vemos en la calle?

El mismo equipo, al dirigente sindical más exigente le haría reflexionar: ¿cómo me las arreglaré yo para dirigir una empresa competitiva promotora de empleo, incrementando siempre, siempre los salarios y reduciendo la jornada laboral de mis compañeros?

A un burócrata honesto le llevaría a considerar: efectivamente, la oficina no es un huerto de mi propiedad, sino de sus dueños, los contribuyentes que realmente son accionistas de la empresa administrativa, con derecho a saber de cada uno de sus operarios: su identidad, categoría, vacaciones que disfruta, sueldos, y dietas que percibe, datos éstos que, debiendo ser conocidos por los españoles, deben aparecer en la entrada de los despachos respectivos.

En un diálogo televisado podría tratarse la cuestión acerca de quién debe ser preferentemente por la sociedad, quien ya disfruta de un puesto quizá excesivamente remunerado, o a quienos como los obreros agrícolas extremeños -correctamente manifestados por las calles madrileñas- se les escatima el subsidio a causa de la mucha picaresca?

Hay muchos mas temas, uno de los cuales sería: ¿cómo promover entre los jóvenes el nuevo deporte de la repoblación de nuestros montes, los más quemados de Europa?-