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EL TRATADO DE ROMA CUMPLE 30 AÑOS

España busca una idea de Europa

La Administración inicia una reflexión sobre la CE que quiere para el futuro

Andrés Ortega

España apuesta plenamente por el proceso de integración europea, pero ni el Gobierno, ni la Administración, ni el país tienen una idea clara de la Comunidad Europea (CE) que quisieran construir para el futuro, según señalan fuentes oficiales. No obstante, esta cuestión comienza a ser analizada en algunos sectores gubernamentales. La cuestión urge, pues España asumirá la presidencia de la CE durante el primer semestre de 1989, y "eso es pasado mañana"', según medios de la Administración.

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La ampliación, según el análisis de algunos responsables, ha supuesto un cambio en las relaciones de fuerza en la CE que ha reforzado la posición francesa. España no parece partidaria de crear un frente del Sur, que "no serviría para una política activa, sino para un política pasiva para parar algunos temas", según estas fuentes. España se siente más próxima, en este sentido, a los países del Benelux e Italia que a los del sur de Europa o incluso a Francia.El segundo elemento del análisis es el Acta única Europea, reforma del, Tratado de Roma, a punto de entrar en vigor, en su triple dimensión de ampliación de las decisiones por mayoría, de creación de un mercado único para 1992 y, de la concreción de una política de cohesión y solidaridad hacia las regiones y países más pobres de la CE.

El tercer elemento es la reforma del sistema de financiación y gastos de la CE. España, bastan te aislada en esta materia, no quiere que se identifique el concepto de la cohesión al de los fon dos estructurales (regional, social y otros).

España juega la carta de la integración en un momento en que el Gobierno que preside Felipe González no parece temer la lucha por la competitividad en Europa, dado lo que se considera una situación económica satisfactoria, al menos por el momento. España, según estas reflexiones de algunos medios oficiales, al abogar por un modelo de mayor integración comunitaria, favorece el acrecentamiento de los poderes de la Comisión Europea, órgano ejecutivo de la CE, pero no del Parlamento Europeo.

Con un mayor peso de la Comisión, órgano más neutral, según estas fuentes, las minorías se ven mejor respaldadas que en una lucha libre en el Consejo. En el fondo, tras este análisis se sitúa un planteamiento de España como potencia media que considera, dentro de su papel en Europa y en el mundo, que es mejor partir de posiciones europeas que de posiciones nacionales.

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Más allá de la creación de un mercado único en la CE, las fuentes consultadas ven que se reproducirán las batallas fundamentales entre los países miembros sobre si la Comunidad ha de avanzar en el camino de la integración (tesis que apoyan los países del Benelux) o quedarse en una zona de completo libre cambio (tesis británica). La clave la tienen Bonn y París. En Francia, la cohabitación "no es tan coherente en su planteamiento europeo", señalan las fuentes españolas. Y si en Bonn se decía antes que "lo bueno para Europa es bueno para la RFA", ahora parece decirse que "lo bueno para Europa es bueno para la RFA".

En todo caso, las fuentes españolas consideran que la cuestión de la Europa política sólo se planteará después de que se consiga el mercado único. Y Respecto a la Europa política, la Administración española no tiene ideas claras. La creación de unos órganos europeos de naturaleza federal o confederal "se ve muy lejos", por lo que la Administración española parece creer más en "una cooperación intergubernamental cada vez más restrictiva que fuerce a actuar de manera cada vez más uniforme".

La creación de un mercado único plantea el problema de la convergencia de las políticas económicas y la plena integración monetaria. La. Administración española no comparte plenamente la tesis de la necesidad de una moneda única en la CE. Pero sí es consciente de que con el mercado único, los Gobiernos perderán mucho margen de maniobra en sus políticas nacionales. "¿Es posible un socialismo en un país y un thatcherismo en otro? ¿Es fácil ir a una convergencia con diferentes sistemas de Gobierno?", se preguntan estas fuentes.

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