Vicente Aranda lleva al cine la vida de 'El Lute', "un personaje entre Calderón y Kafka"
"¡Quieto, mamón!", grita un policía de paisano rodeado de varios grises mientras aplasta contra el suelo a Eleuterio Sánchez (el actor Imanol Arias), en medio de una concurrida plaza madrileña. Se trata de la escena en la que el mítico Lute fue detenido por la policía después del atraco perpetrado en la joyería Emilio, de la calle de Bravo Murillo, de Madrid, y con la que el realizador Vicente Aranda, de 60 años, está a punto de concluir el rodaje de El Lute: camina: camina o revienta, duodécimo trabajo de su filmografía, que ha contado con un presupuesto de 150 millones de pesetas, de los que 54 han sido subvencionados por el Ministerio de Cultura.
Después de cada repetición de la escena de la detención, a Imanol Arias le tienen que masajear las muñecas, doloridas por los golpes recibidos contra el suelo y el coche, aunque, al final, el actor no podrá evitar llevarse a casa aparatosos cardenales y rasguños en las piernas y en los brazos, que son consecuencia de la dureza y el realismo que Aranda quiere dar al filme.Vicente Aranda cuenta que hay poca fabulación en el filme y que sobre la auténtica historia de Eleuterio Sánchez sólo ha hecho las modificaciones que exige la síntesis. "En realidad", explica el director, "he seguido la historia que cuenta el propio Lute, porque es trágico ver hasta qué punto hay poca documentación sobre él. No hay más que las noticias que en su momento dieron los periódicos, y en cambio él, a través de sus cinco libros, hace una narración un tanto exhaustiva de lo que le sucedió, e incluso habla de su ambiente, su infancia, las relaciones con su mujer y todas esas cosas que te ayudan a entender una vida".
La película, que además de Imanol Arias en el papel de Eleuterio Sánchez está interpretada por Victoria Abril, Carlos Tristancho, Antonio Valero y hasta un centenar de actores, comienza cuando El Lute cuenta con 20 años. Sin adentrarse en su infancia, la historia se inicia con sus relaciones con el padre durante la muerte de la madre, cuando conoce a Chelo, su primera mujer, y continúa con el acontecimiento que dio lugar a toda la peripecia vital de este hombre, que es el robo a la joyería Emilio de la calle de Bravo Murillo de Madrid, hasta terminar con la fuga del tren en marcha.
A Vicente Aranda la historia de El Lute le llamó la atención ya cuando el entonces delincuente empezó a ser conocido y por la desmesura con que sus hazañas se daban a conocer a la opinión pública. "Por el robo a la joyería fueron condenados a muerte Medrano, Eleuterio y Agudo. Los tres perpetraron el robo, que fue muy simple: una pedrada al escaparate y se llevaron aquello que podían alcanzar con la mano. En el momento de la detención, un disparo de un policía produjo la muerte de una niña. Esto, en la época, fue utilizado de tal forma que aunque estaba clarísimo que no habían sido los autores de la muerte de la niña, la información oficial dejaba entender que los tres habían sido los autores indirectos de esa muerte. Se dio una imagen de ellos, presentándolos como unos delincuentes muy desalmados, muy brutales y muy sin escrúpulos".
Aranda añade que, a la hora de llevar esta historia al cine, El Lute le interesó porque, "aunque parezca una barbaridad, es un personaje que me une a Calderón y a Kafka, porque su delito era haber nacido. Me ha hecho comprender mejor a esos dos autores que tienen ese punto de coincidencia. El Lute responde a estas características del personaje perseguido ferozmente sin saber por qué".
Con la vida de Eleuterio Sánchez, Aranda añade una nota más a su fama de creador de trabajos duros, fama que él acaba por reconocer. "Conmigo ocurre que no soy nada amante del cine de acción, pero, inevitablemente, siempre acabo con temas de acción. Tampoco soy amante del cine duro, y al final me salen películas duras. Debe haber otra personalidad en mí que hace aflorar esa dureza, o me la hacen aflorar, porque tampoco es completamente atribuible a mí la elección de asuntos. Hay algo de pie forzado: me dan el primer verso para que yo dé el segundo. Tampoco tengo yo un mensaje especial que ofrecer. Yo no pretendo hablar de valores humanos o lanzar un mensaje de esperanza en el hombre. Prefiero dar un rebote de lo que realmente siento".
Un 'quinqui' legendario
Imanol Arias, 31 años, es el actor elegido por Vicente Aranda para interpretar a Eleuterio Sánchez. Tan metido está en el personaje que, fuera del rodaje, mantiene la forma de hablar y la jerga que habitualmente se utiliza entre los quinquis. También conserva fuera del alcance de la cámara los moratones que en sus brazos y piernas recuerdan la dureza de las torturas sufridas por el auténtico protagonista de la historia.Arias cuenta que la mayor dificultad para interpretar a El Lute ha estado en las diferentes versiones que hay sobre el personaje. "Nos hemos basado en datos que ha contado él mismo. Nos interesaba saber cómo hizo las cosas en un momento determinado. (Por ejemplo, se sabe que se fugó, pero se desconocían los detalles de la fuga). Él ha colaborado en la realización del guión ayudando a resolver muchas lagunas".
Cuando Imanol oyó hablar por primera vez de El Lute tendría unos 15 años. "Yo conocí el personaje de El Lute en su momento y reconozco que no me caía bien, por la utilización que había del personaje. En agosto me ofrecieron la película y me empecé a plantearme El Lute como un hecho y me interesó mucho. Él era igual que sus dos compañeros, incluso menos experto; pero se diferenciaba de los otros en que él era fuguista. Es un hombre que se hizo singular y mítico por querer ser un ciudadano normal. Sus fugas eran para intentar vivir como un ciudadano normal y eso es lo que hizo en cuanto las circunstancias se lo permitieron".
Babelia
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