19 anestesistas del hospital, Ramón y Cajal, de Madrid, se niegan a atender a enfermos del SIDA
Diecinueve anestesistas del servicio de cirugía general y torácica del hospital Ramón y Cajal, de Madrid, se niegan, según un escrito dirigido al director gerente del centro, a prestar asistencia a los enfermos de síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA) si la dirección del centro no toma medidas que garanticen la no contaminación. En su escrito piden también que el SIDA sea incluido entre las enfermedades profesionales. Según Luis Fernández Coronado, gerente del Ramón y Cajal, la actitud de ese grupo de profesionales ha sido poco meditada y no hay motivos que justifiquen su comportamiento.
Los 19 anestesistas manifiestan su postura a la dirección del hospital Ramón y Cajal en una nota fechada el 3 de febrero, tras una intervención torácica a un enfermo de SIDA. El primer punto de la nota señala que, como médicos, no se niegan a atender a ningún paciente, "quedando únicamente por determinar las condiciones de prestación de asistencia, que dependerán de las peculiaridades de cada paciente". Más adelante los firmantes consideran que, ante una enfermedad de origen desconocido y pronóstico ciertamente incierto, estamos poníendo en riesgo la vida de otros enfermos, así como la de todo el personal sanitario y no sanitario que atiende a dichos pacientes" basando esta afirmación en el hecho de que los enfermos de SIDA utilizan las mismas zonas hospitalarias y los mismos medios materiales y personales que otros enfermos, y la administración de sangre no reúne las condiciones de garantía mínima para el receptor, por no realizarse las pruebas para la determinación de anticuerpos del virus del SIDA en los donantes.
Enfermedad profesional
En el último punto comunican, tras solicitar la inclusión del SIDA dentro de las listas de enfermedades profesionales para que se proporcione amparo y cobertura al posible damnificado, que no prestarán asistencia en cirugía a enfermos del SIDA hasta que la dirección no dé respuesta a todos los puntos planteados. Según el doctor Fernández Coronado, gerente del hospital, "la nota de los anestesistas es un escrito poco meditado. Piden que se margine a los enfermos de SIDA en salas especiales y las recomendaciones de todos los organismos internacionales señalan justamente lo contrario: la integración de estos enfermos en la sociedad. Además, uno de los puntos que denuncian es falso, porque las pruebas de detección de anticuerpos en la sangre se están realizando desde finales de enero, 15 días antes de que Sanidad legislara la obligatoriedad de esas pruebas".Para Fernández Coronado, el trabajo de los anestesistas no comporta un índice alto de riesgo con respecto al SIDA. "Está comprobado que el contagio se produce por contacto sanguíneo; en una intervención quirúrgica quienes corren riesgo son los cirujanos, porque se puede romper algún guante y pincharse con uno de los instrumentos. Tienen riesgo, también, las enfermeras que les atienden, pero la labor de los anestesistas consiste en entubar a los pacientes y raramente estran en contacto con la sangre". El gerente lamenta, en su respuesta a los anestesistas, que se puedan llegar a adoptar posturas semejantes y les pide que recapaciten para no verse obligado a tomar medidas que preferiría evitar. "De cualquier forma", continúa, "si no está de acuerdo con el trabajo que tiene que desarrollar tiene toda la libertad para pedir la baja en el mismo".
Uno de los firmantes de esta nota, el doctor Juan José Meriéndez, que se encontraba ayer de guardia, se negó a hacer declaraciones sobre el tema, remitiendo para cualquier aclaración a su jefe de servicio. El doctor Ascorve Domingo, uno de los tres jefes de servicio que hay en el hospital Ramón y Cajal, manifestó que no sabe qué ocurrirá con el primer enfermo de SIDA que tengan que atender. Él no firmó el escrito porque no estaba de acuerdo con su totalidad.
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