El erotismo gratuito de 'El País Semanal'
El reportaje publicado el pasado domingo 22 de febrero en la sección Estilo de El País Semanal sobre la moda de camisas para caballeros, ha motivado una fuerte tarascada por parte de un severo lector, Fernando Suárez Carriedo, quien desde Barcelona envía una enojada carta. Las fotos que complementaban el reportaje ofrecían las imágenes de una joven y bella modelo que lucía las nuevas camisas en poses con otro muchacho medio desnudo, con cama y baño por medio, que nuestro comunicante califica de "seudoreportaje", "bofetada a la dignidad de la mujer", "insulto al lector medio" y de "erotismo gratuito". Por último, Suárez Carriedo se desahoga señalando que "se supone que EL PAÍS es lo suficientemente liberal como para respetar al hombre (especie), y no utilizar una mujer como objeto de prendas dirigidas a los hombres".El redactor-jefe del suplemento dominical en color del diario, Daniel Gavela, sale al paso de estas duras observaciones del lector: "Es complicado satisfacerle en la interpretación que él hace del trabajo en su conjunto. Es su interpretación y sólo nos queda respetarla, ya que, por demás, éste no es un espacio para polemizar. La idea de vestir a una joven con camisa de hombre nació del fotógrafo [Gianni Ruggiero] y de la especialista de moda [Renée López de Haro], ya que uno de los signos de estos tiempos es la informalidad y la ruptura de patrones consagrados, que en moda se traduce, por ejemplo, en las prendas unisex. Es lícita una interpretación ideológica de un reportaje de moda como la que hace el lector. Pero también podría pensarse que el asalto al armario del padre, del hermano o del amigo por las mujeres de hoy es, de alguna manera, el reflejo de una filosofía igualitaria entre hombres y mujeres".
Corregidas las dudas del vascuence
La columna del ombudsman del 22 de febrero, titulada Ortografía incorrecta de las lenguas del Estado, se dedicó monográficamente a reflejar las protestas de numerosos lectores que criticaban al diario por no haberse puesto al día en palabras oficialmente aceptadas por las comunidades autónomas. Algunos señalaron como ejemplo de sus reivindicaciones la palabra que define al presidente de Euskadi, que en EL PAIS se escribía lendakari, siendo la acepción correcta lehendakari. Después de consultar a la Real Academia de la Lengua Vasca se hizo la correción y desde hace días se escribe lehendakari; como consecuencia de este dictamen se han rectificado errores del Libro de estilo y se han resuelto no pocas dudas, aclaradas a los redactores a través de una circular del departamento de Formación e Investigación.
Los términos y palabras en vascuence se emplearán en el periódico con arreglo a unas normas que permitirán, por ejemplo, escribir en su lengua de origen las especialidades culinarias a excepción de aquellos platos y alimentos cuya popularidad ha hecho que se extienda su nombre en castellano. También se utilizarán los nombres actuales de los municipios vascos cuya denominación oficial ha sufrido alguna alteración; entre otros cambios, en lugar de Gordejuela se escribirá Gordexola (Vizcaya), el nombre de Zalduendo es Zalduondo (Álava) y en vez de Pasajes se le conoce ahora por Pasaia (Guipúzcoa). Las excepciones a estas normas, recogidas en el Libro de estilo, se refieren a los nombres de todas las comunidades autónomas, regiones, provincias o capitales de provincia. Por ejemplo: Álava, no Araba; Bilbao, no Bilbo, y San Sebastián, no Donostia.
Opiniones encontradas
Otros comunicantes se han dirigido al defensor de los lectores para mostrar su desacuerdo con los que solicitan la utilización de las lenguas propias de cada autonomía. Francisco Javier Martínez, desde Madrid, escribe: "Me parece mal que en un periódico de difusión nacional y con el español como lengua, se hayan de poner los nombres geográficos en la lengua vernácula de esa región. Me parece mal porque en español esos nombres están bien representados (y no transcritos o traducidos) y tienen de por sí una entidad y una historia en nuestra propia lengua. Lérida, San Sebastián o Játiva, serán siempre así por más que se escriba Lleida, Donosti [forma popular de denominarla] o Xátiva, y lo único que consiguen es llevar a la confusión". Desde Vilariño (Pontevedra) y Zaragoza, José Antonio Fernández Sucasas y Ernesto Sánchez y García, coinciden al argumentar que si los topónimos franceses, ingleses e italianos tienen su correspondiente forma en español (no se escribe France, London ni Rome) por qué no han de tenerla los de la lengua gallega, vasca o catalana. El editor de la revista de Aviación Comercial y Turismo (SPIC), L. Herranz, sugiere: "Yo pediría su partida de nacimiento a don Jorge Pujol, presidente de la Generalidad de Cataluña, para establecer si definitivamente el gentilicio 'Jordi' es el adecuado en su caso. Ciertamente que la Xunta de Galicia tiene ya fisonomía propia en los papeles, no así el señor Fernández Albor, don Gerardo, a quien llamarle 'don Xerardo' se me hace cuesta arriba". Por su parte, José-Ramom Rodrigues Fernandes (Moncho de Fidalgo), "escritor em língua galegoportuguesa", nos advierte que el problema radica en la ignorancia de 'analfabetos e patrióticos' gallegos que creen defender su idioma cuando los pobres ignoran su ortografía. A todo esto le ayuda una 'Junta de Galiza' totalmente 'folclórica' que fonetizó de tal manera el idioma (en sus normas privadas) que ya nadie entiende nada"; nos ofrece como guías las normas de la Associacao Galega da Lingua (ZAL) e Irmandades da Fala (IFA), "únicos entendidos en el idioma sin políticas partidistas por medio".
Santanderino o cántabro
Por último, el doctor Waldo Merino, catedrático, nos escribe desde León para salir al paso de un lector que reprocha a los redactores el empleo de "santanderino" por "cántabro"; considera que cuando los nombres adoptados por las autonomías para su autodesignación son históricos corren el riesgo de ser inexactos y abusivos y hace referencia al caso del uso de Cantabria para la antigua provincia de Santander con los siguientes argumentos: "La porción oriental de ella no es cántabra históricamente y los cántabros históricos se extendían a ambos lados de la cordillera por tierras de Asturias, León, Palencia y Burgos. Lugares tan importantes como Monte Bernorio, Vellica, Amaya, quedan fuera de aquélla; basta consultar los mapas de Sánchez Albornoz -Límites tribales del solar del reino de Asturias-, de Caro Baroja, en Los pueblos del Norte -'Divisiones gentilicias del norte de la Península Ibérica'- o el del investigador santanderino Joaquín González Echegaray en su obra Los Cántabros, 1966, página 66. Todos ellos, siguiendo a Estrabón. Pero hay más, Plinio, en su Historia natural, relata la muerte de Lartius Licinius en su afán de explorar las Fuentes Tamáricas y empieza su narración con 'In Cantabria Fontes Tamarici in auguris habentur'; pues bien, esas fuentes, estudiadas por García Bellido en 1960, están en la provincia de Palencia en Velilla del Río Carrión, junto a Guardo".
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