Enfrentamiento entre policía y ganaderos en la manifestación por el centro de Barcelona

La manifestación convocada por la Unió de Sindicats Agraris de Catalunya-Joves Agricultors en protesta por las cuotas lecheras acordadas por la Comunidad Europea (CE) fue finalmente autorizada, después de que el Gobierno Civil recordara su prohibición ante los atascos de tráfico que podía producir. Sólo 15 vacas participaron en la marcha, ya que los camiones con ganado procedentes de Lérida y Gerona fueron obligados a volver a su destino En la protesta hubo forcejeos entre los anima les y la policía, al romper los primeros el cordón establecido para detener la marcha en el centro de Barcelona.

Más de 500 ganaderos catalanes acudieron a la convocatoria de Jóvenes Agricultores, y se concentraron a mediodía ante el Gobierno Civil. Sólo 15 vacas procedentes de las comarcas barcelonesas de Vic y el Vallès pudieron llegar a tiempo, ya que los camiones que transportaban a las gerundenses y leridanas fueron obligados a volver a sus destinos en las autopistas de entrada a la ciudad. Los ganaderos realizaron pintadas reivindicativas con aerosoles en la piel de las vacas.Tras una negociación con la Policía Nacional, la comitiva reunida frente al Gobierno Civil pudo ponerse en marcha con la condición de que permitieran un tráfico fluido. Sin embargo, al poco de comenzar y debido al ritmo impuesto por las vacas, se produjo un importante atasco de tráfico. La policía pidió entonces la disolución de la manifestación y formó una barrera humana en la Vía Laietana, que fue rota por las vacas. Tanto allí como en el paseo de Gràcia, algunos animales recibieron golpes de porra.

También la Guardia Urbana, con coches y grúas intentó interrumpir la marcha en la calle de Aragón, cuando se dirigía hacia la Delegación del Gobierno, pero la comitiva pudo seguir adelante. En un clima de tensión, se intentó negociar que una comisión de ganaderos se entrevistara en la Delegación del Gobierno, aunque no lo consiguieron.

Los manifestantes tenían preparado un documento en el que se insistía en la necesidad de negociar con el ministro de Agricultura, Carlos Romero, la reducción de las cuotas y pedían una solución a la italiana, en la que el Gobierno controla la producción y se hace cargo de los excedentes. Al parecer, los ganaderos barajan la posibilidad de impedir la entrada de productos de la Comunidad Europea.