Gripados
Los aficionados al rock durísimo, que asistieron al doble recital de Muro y de Motorhead, no se decepcionaron por el pésimo sonido ofrecido y llenaron un poco más de la mitad del recinto deportivo.El cuarteto nacional Muro presentó su álbum Acero y sangre, título violento muy apropiado para un desconcierto agresivo -esto es realmente lo más atractivo- de textos ininteligibles, voces imperceptibles y ruido machacón persistente.
Lemmy y su banda, una vez más renovada, que recuperaba uno de sus primeros baterías, entienden que la música que cultivan es rock and roll sin limitación alguna de desahogo o desenfreno a base de decibelios, y cuantos más mejor, que este público así lo pide.
Concierto de Motorhead
Motorhead: Lemmy, voz y bajo; Phil Campbell, guitarra rítmica y solista; Wurzel guitarra, y Phil Animal Taylor, batería.Actuación previa del grupo español Muro. Pabellón de Deportes del Real Madrid. Madrid, 5 de marzo.
La voz agonizante de Lemmy, coordinada siempre con el bajo-protagonista, apenas se apreció, ocultada por el estruendo dominante de guitarras y batería aporreadas. Los solos del guitarrista Phil Campbell fueron lo más musical y sugerente de la actuación.
Lemmy ha demostrado ser un gran estilista, pero, en vivo, parece haber degenerado hacia la caña sin más, la postura cómoda, que únicamente puede complacer a degustadores de vatios.
Los temas de sus discos sonaron deteriorados. En el primer bis, el cantante británico animó a los presentes a sentirse libres e interpretó Boys are free. Los acoples y el sonido tremendo se repitieron hasta el final. El heavy no tiene por qué perecer mientras surjan por él creadores inolvidables, como Phil Lynott, bajista y duro como Lemmy.
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