La opera de Gluck 'Orfeo y Eurídice', en la Zarzuela
La ópera Orfeo y Eurídice, de Christoph Willibald Gluck, sube mañana por primera vez al escenario del teatro de la Zarzuela, de Madrid, en el 200º aniversario de la muerte del compositor.La obra, considerada uno de los monumentos del clasicismo musical, no se ponía en un escenario de Madrid desde hace más de 60 años. Esta vez, la coproducción con la ópera de Montecarlo ha permitido un ambicioso montaje, donde no se han escatimado esfuerzos y recursos.
Un equipo de profesionales ha sido reunido para este empefío bajo la batuta de Antoni Ros Marbà. La escenografia ha sido encargada a un joven suizo, Lorenzo Patt-Albertini, que se ha inspirado en dibujos de Leonardo da Vinci, de quien se reproduce fielmente la maquinaria escénica que realizó para un primer Orfeo, el de Poliziano, en el siglo XV, y en las decoraciones murales de una de las salas de los Príncipes del castillo Sforcesco, de Milán, también salida de la mano de Leonardo, conocida como La Floresta.
La coreografía fue encargada al alemán Dieter Ammann, y para ello utiliza a solistas y cuerpo de baile del Ballet del Teatro Lírico Nacional. Ammann es actualmente director de la Escuela Estatal de Ballet de Suiza, en Zúrich.
El vestuario es de Marc Bohan, figurinista principal y dírector artístico de la casa Christian Dior, mientras que la dirección escénica es de Mario Corradi. El reparto de los cantantes de la producción madrileña está encabezado por Claire Powiell en el papel de Orfeo, Judith Blegen en el de Eurídice y la española Paloma Pérez higo en el del Amor.
El coreógrafo ha declarado a este periódico: "Es una experiencia muy agradable e interesante. Los bailarines han respondido a las exigencias expresivas de los personajes".
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