Rebajas
Parece ser que el Gobierno está otra vez de rebajas. No hace mucho intentó vendernos diversas y contradictorias soluciones legales para el problema de la inseguridad ciudadana, las cuales no fueron ni eficaces políticamente ni rehabilitadoras delictivamente. Hoy pretende darnos la solución definitiva: contra el síndrome de abstinencia y la violencia que desarrolla la ley del Far West, así nuestros honrados farmacéuticos también tendrán licencia para matar; por el mismo precio, muy barato les venden la pistola y el eximente de legítima defensa (las balas de regalo), y ahora ya veremos quién dispara primero.Cómo puede haber tanta ceguera político-social; el problema sigue estando ahí, la drogodependencia, la miseria, la incultura y cualesquiera otras sinrazones que abocan a la delincuencia; en el mejor de los casos se desviaría el problema hacia otros gremios más indefensos, o quizá
la primera palabra en una farmacia la diga una pistola, quién sabe, cuando manda el mono tampoco son muy útiles los argumentos de fuego.
Lo que no es legítimo, ni siquiera ético, es que para el Ministerio del Interior todo sean problemas de "la calle", policiales, que se resuelvan con las armas, y se les permita a los farmacéuticos tomar la justicia por su mano y no se les dé otra solución que defender a tiros su profesión, que al fin y al cabo serán los auxiliares y empleados en la mayoría de los casos los que pecharán con el riesgo y la responsabilidad.
¿No hubiera sido más adecuado obligarles por ley a acondicionar sus establecimientos, aunque algún porcentaje fuera subvencionado? Al fin y al cabo, las farmacias son bastante rentables; y por otra parte, quizá el Gobierno lo que gaste en subvenciones de blindajes lo ahorre en pólvora, sepelios, protestas sociales e imagen política.-
Abogado.
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