El genio de la flaquita
El bar Guión cae simpático porque es una especie de avanzada del jazz en territorio de infieles. Los viernes por la noche la zona en la que está confirma un famoso dicho de Camilo José Cela sobre Madrid, porque tiene bastante de Navalcarnero y de Kansas City. Dentro el local parece pensado para meter mucha gente en poco sitio. Pero la música se escucha bien y la concurrencia deja a los músicos que hagan en paz su trabajo.Sonia Vallet sorprendió gratamente a la afición, en el I Festival de Madrid cuando se presentó junto a papá Jean-Luc, sirviendo de preámbulo nada menos que a Peterson. Luego le perdí la pista. Recuerdo que se metió a cantante de Gospel junto a Donna Hightower, y no hizo bien, porque en ese papel Donna se la comía entera. Después creo que hizo coros con la Orquesta Mondragón y Miguel Ríos, y hasta me parece que lució trapitos en una revista de moda. O sea, que no la perdí tanto la pista.
Sonia Vallet
Bar Guión. Madrid. Viernes 27 de febrero.
En el Guión, Sonia Vallet ha vuelto a cantar jazz. Su voz es delicada y tiene unos graves preciosos. Su apariencia se corresponde con tanta suavidad, aunque la pugna que sostuvo con el amplificador y algunos gestos a los músicos cuando le estropearon un final demostraron que también tiene genio la flaquita.
El pianista Andrés Ibáñez, el bajo Alejandro Vaquerizo y el batería Ricardo Virtanen componen un trío adecuado, con una curiosa tendencia a brasileñizar los acompañamientos. Quizá sea cosa de los carnavales. De todas formas, esta cantante necesita que la acompañen más lento y con menos volumen. Ésta y casi todas las demás.
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