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Cultura intentará recuperar la casa de Vicente Aleixandre como museo del 'exilio interior'

Poetas y escritores que frecuentaron Velintonia manifiestan su pesar por la pérdida

Juan Manuel Velasco, director general del Libro, manifestó ayer que ni el Ministerio ni el Ayuntamiento ni la Comunidad Autónoma de Madrid tenía a conocimiento del desalojo de los bienes de la casa de Velintonia, 3, en la que vivió y murió Vicente Aleixandre (véase EL PAIS de ayer). Añadió que se iban a poner en contacto inmediato tanto con los herederos como con el académico y escritor Carlos Bousoño para intentar salvar los bienes que pertenecieron al premio Nobel de Literatura de 1977. Poetas y escritores que frecuentaron Velintonia manifestaron ayer su pesar por esta pérdida.

Según Velasco, el domicilio de Aleixandre sería un lugar ideal para instalar una casa-museo no sólo sobre Aleixandre sino sobre la resistencia cultural contra el franquismo, lo que se ha ciado en llamar el exilio interior. Como informaba ayer este periódico, la casa de Aleixande ha sido desalojada ya de muebles y libros y los herederos, primos todos elles del poeta y, al parecer, constituidos en cinco partes, tienen intención de vender la casa en cuanto esté terminada la declaración de herederos y hayan pagado el impuesto sobre sucesiones. La biblioteca ha pasado a Carlos Bousoño.José Luis Cano, amigo inseperable de Aleixandre y autor, entre otros libros, de Cuadernos de Velintonia donde recoge casi a diario la vida del autor de La destrucción o el arnor, declaró ayer que no tenía conocimienlo de que los herederos hubiesen sacado los enseres de la casa.

Testamento

Añadió que, aunque están en su derecho de vender la casa, habría, que organizar una fundación para conservarla. "La biblioteca no tenía excesivo valor"', dijo, "pero la casa pertenece a muchos poetas que han desfilado por ella". En sus largas conversaciones con Aleixandre, Cano no recuerda que el poeta le expresase su intención de que Velintonia se convirtiese en museo. "Me dijo", añade, "que había hecho testamento en favor de sus primos, pero a él nunca le interesó este tipo de reconocimientos; no le gustaba nada, por ejemplo, que hubieran cambiado el nombre de la calle por el suyo".Poetas que frecuentaron Velintonia hicieron ayer patente su pesar por la pérdida de la casa, como Claudio Rodríguez, postrado en cama por una enfermedad. El director de la Real Academia, Pedro Laín, dijo que no se tenía en la Academia noticia de esta pérdida. "No creo que sea un empresa económica tan desmesurada hacerse cargo de Velintonia, que ha sido centro de peregrinación de tanta gente".

Gabriel Celaya iba a Velintonia todos los domingos. Rememora el ambiente acogedor de la casa del poeta y lo mucho que le ayudé, "Ayudaba a todo el mundo, incluso con dinero, y su casa estaba abierta a todos. Era, verdaderamente, un hombre generoso", dice.

El poeta valora la desaparición de Velintonia, 3, como "una vergüenza", y añade: "Yo, temiendo ya esto, he vendido mi biblioteca todos mis papeles a la Diputación de Guipúzcoa, para que no se lo lleven en una cerreta".

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