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EL DEBATE SOBRE 'EL ESTADO DE LA NACIÓN'

Miembros del Grupo Mixto piden mayor atención para las autonomías

Xenén Bernárdez, de Coalición Galega; Hipólito Gómez de las Roces, del Partido Aragonés Regionalista; Luis Mardones, de la Agrupación Independiente Canana, y Miquel Ramón Izquierdo, de Unión Valenciana, consumieron los cuatro últimos turnos del debate, como representantes integrados en el Grupo Mixto.El representante gallego, Xenén Bernárdez, criticó la financiación autonómica y aseguró que no se cumple el estatuto de su región. Criticó también los términos de la adhesión a las Comunidades Europeas, asegurando que Galicia resulta gravemente perjudicada en muchos aspectos ganaderos y agrícolas.

Gómez de las Roces comenzó su intervención asegurando: "Señores compatriotas, estamos de pena". "Para tener paz hay que terminar con el terrorismo", aseguró el político aragonés. "Nuestra economía está muy mal, lo dicen tres millones de parados". "La autonomía sólo está en la Constitución y en los estatutos, pero no en la realidad de todas las regiones".

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Gómez de las Roces pidió que se invierta mucho más en enseñanza, que se asegure a los jueces su libertad "y tendremos jueces justos", y pidió al Gobierno que no olvide la Constitución. Solicitó al presidente que no hiciera promesas, porque "ustedes hasta son capaces", dijo, "de prometer una pensión a la viuda del soldado desconocido".

Luis Mardones, en nombre de la Agrupación Independiente Canaria, se extendió en atacar la situación sanitaria, asegurando que España está situada a la cola de Europa, y Canarias, a la cola de España. Acusó al presidente de eludir "una respuesta contundente a las insidias libias contra Canarias" y se extendió en criticar algunos aspectos de la política de Defensa, como, por ejemplo, la venta de armas a países norteafricanos "considerados en el Plan Estratégico Conjunto como nuestros enemigos potenciales más próximos".

Miquel Ramón Izquierdo, de Unión Valenciana, se felicitó porque el presidente del Gobierno, Felipe González, señalase la meta de 1992 como decisiva para el futuro de España, y dijo que ese año histórico "no podrá ser tan feliz si no superamos la situación actual". Criticó el nivel de paro, "tercermundista en cierto modo"; calificó la protesta estudiantil como "grito de alarma generacional"; fustigó también la pérdida de competitividad de nuestras empresas tras la entrada en la Comunidad Europea y se extendió sobre el problema de la inseguridad ciudadana para asegurar que "en la huerta de Valencia ya no se atreven los agricultores a ir solos".

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El turno de intervenciones de la mañana de ayer lo cerró el representante del Grupo parlamentario Socialista, Eduardo Martín Toval, que coincidió con los planteamientos del presidente y aseguró que presentaba una visión de la realidad de este país "realista, pragmática y a la vez optimista".

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