Alan García pide "ética y corresponsabilidad" para solucionar el problema de la deuda externa
El presidente de Perú, Alan García, apeló ayer en Madrid a una "nueva ética sustentada en la corresponsabilidad" entre los países industriafizados y los del Tercer Mundo para resolver el grave problema de la deuda externa. "No negamos la existencia de la deuda ni nos negamos a pagarla, pero pedimos al mundo financiero que asuma su responsabilidad" con los países que no pueden hacer frente a sus compromisos, abogados como están en problemas económicos, dijo Alan García.
El presidente peruano reiteró el deseo de su país de "pagar lo que debe", pero limitando los pagos externos al diez por ciento de sus ingresos por exportaciones.Alan García, que hizo una escala técnica de 16 horas en Madrid, de regreso de Nueva Delhi, se entrevistó por la tarde durante cuatro horas con el presidente del Gobierno, Felipe González, con quien le une, dijo, "afecto, admiración, cercanía y coincidencia política".
A mediodía, Alan García asistió a un almuerzo privado que le ofreció el Rey en el palacio de la Zarzuela, mientras los ministros de Asuntos Exteriores y de Aeronaútica (Ejército del Aire) peruanos se reunían, también en un almuerzo, con el ministro español de Exteriores, Francisco Fernández, y con el jefe del Estado Mayor de la Defensa, teniente general Gonzalo Puigcerver.
El presidente peruano dijo que tanto en su entrevista con el rey Juan Carlos como en su larga reunión con Felipe González ambos habían expresado una extraordinaria "comprensión" por el problema de la deuda externa y dijo que España tiene "la responsabilidad de ayudar a la consolidación de la democracia" en América Latina.
Alan García se mostró contrariado cuando un periodista le preguntó si no se sentía frustrado por no conseguir nuevos créditos de España y dijo que no había venido a Madrid a pedir dinero, sino a mantener "un profundo cambio de impresiones" sobre diversos problemas.
El conflicto centroamericano fue uno de los temas de discusión en las conversaciones. Alan García dijo que había estado en Managua con ocasión de la promulgación de la nueva constitución nicaragüense "en nombre de dos principios: la libre determinación de los pueblos de elegir su destino y la no intervención de ningún país en los asuntos de otro". "Pero fuimos también para decir que no podía haber socialismo sin libertad", añadió.
