Cuando los ministros eran alumnos
Altos cargos públicos participaron en la lucha estudiantil antifranquista
Los actuales responsables del Ministerio de Educación, así como buena parte de los miembros del Gobierno de Felipe González, tomaron parte activa en las luchas estudiantiles contra el franquismo durante los años sesenta. Algunos ministros, como el de Agricultura, Carlos Romero, o el de Educación, José María Maravall, así como el subsecretario de este último departamento, Joaquín Arango, encabezaron la protesta universitaria en Madrid, mientras otros, como Narcís Serra, lo hacían en Barcelona, todos ellos como integrantes del Frente de Liberación Popular (FLP), que fundara, años antes, Julio Cerón.La contestación universitaria de los años sesenta fue heredera directa de los sucesos de 1956, el frustrado congreso de escritores jóvenes, animado, entre otros, por el comunista Enrique Múgica, o Ramón Tamames y por Javier Pradera. La incorporación de nuevas generaciones a la universidad, a partir de 1958 -Miguel Boyer, Luis Gómez Llorente, Miguel Ángel Martínez compuesta por hijos de socialistas, de exiliados o de profesionales liberales, significa un considerable impulso a la lucha política en la universidad. Es entonces cuando, animada fundamentalmente por Boyer-que años más tarde propiciará la expulsión de Enrique Tierno del PSOE "por no ser marxista"- Luis Solana, y el ex falangista Ángel de Lucas, nace la Agrupación Socialista Universitaria (ASU), que, con el PCE y la rama estudiantil del FLP (Nueva Izquierda Universitaria), crea la Federación Universitaria Democrática Española (FUDE).
El 'felipe'
Entre todos estos grupos, incluyendo también a la moderada Unión de Estudiantes Democráticos (democristiana y encabezada, durante tres años, por Óscar Alzaga), el FLP iba a ser el más activo en los primeros años sesenta: en sus diferentes etapas -Félipe I, II y III-, el Frente iba a albergar a personas que luego serían políticamente tan dispares como Miquel Roca, Pasqual Maragall, Nicolás Sartorius, Juan Tomás de Salas, José Pedro Pérez Rodrigo (luego rebautizado Pérez Llorca) o José Luis Leal, para no hablar de los tres ministros actuales anteriormente citados, el ex ministro Julián Campo o el nuevo embajador en Washington, Julián Santamaría, que destacó en la Coordinadora de Profesores No Numerarios.El propio José Torreblanca, ex subsecretario de Educación, también militó brevemente en este partido, que llegó a constituir la pesadilla de las autoridades académicas, hasta el punto de que el delegado nacional del SEU, Rodolfo Martín Villa, afirmó, en su momento, que "el FLP es el peor mal de la universidad".
Maravall, que perdió frente a Oscar Alzaga unas elecciones a delegado de curso en la Facultad de Derecho, se convirtió, junto con Ignacio Quintana, -actual subsecretario de Cultura- y Carlos Romero, en el principal animador del FLP en Madrid, coordinando sus actividades subversivas universitarias con Serra en Barcelona y con Joaquín Leguina, delegado de Ciencias Económicas en Bilbao y también miembro del Frente. Un curso después, Joaquín Arango tomaba el relevo: desde su cargo de subdelegado en Económicas, se convirtió casi en un revolucionario profesional a quien la policía acudía a detener a casa de sus padres (solamente cuando, en una ocasión, prolongó más de lo debido su cena en el domicilio paterno antes de huir, hubo de pasar una noche en la Puerta del Sol). "Entonces, muchos llevábamos el cepillo de dientes en el bolsillo de la chaqueta", recuerda ahora Arango, reviviendo aquellos días, en los que llegó a tener hasta veinte sumarios.
El destacado papel de Maravall en el FLP no le libró de una reprimenda oficial de su partido cuando, en marzo de 1964, y con motivo de un encierro durante la semana de renovación universitaria, fue detenido y expulsado de la facultad; entonces, el FLP le amonestó por "haber expuesto a toda la organización con un simple acto estético". Javier Solana, actual ministro de Cultura y entonces próximo a las Juventudes Socialistas, fue otro de los detenidos en aquellos sucesos, preludio de los que, un año después, iban a costar la cátedra a Tierno, José Luis López Aranguren y Agustín García Calvo.
El grupo de Tierno, Partido Socialista del Interior, fundado en el año 1968 y más tarde rebautizado como PSP, apenas llegaría a contar con implantación en la universidad, pese a mantener una organización propia, Frente Socialista Universitario, animada, entre otros, por Enrique Curiel, Pedro Bofill y Francisco Bobillo.
Solamente a partir de 1962 llegó el Partido Comunista de España a contar con una cierta fuerza universitaria, de la que, durante casi siete años, y a partir de 1964, fue máxima responsable Pilar Brabo, actual asesora en el Ministerio de Educación. Valentín Álvarez Areces, actual jefe del servicio de inspección de Educación, también fue dirigente del PCE, como alternativa a Gerardo Iglesias en la pugna por la dirección en Asturias.
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