La advertencia de los ingenieros frente al retroceso de las playas catalanas: “No salvaremos toda la costa indefinidamente”
Los expertos piden apostar por las marismas para “renaturalizar” las zonas más afectadas por las olas y limitar las aportaciones de sedimentos tras los temporales para dejar de “tirar dinero al mar”
Las imágenes que tomó un avión norteamericano en 1945 documentadas por el Instituto Cartográfico y Geológico de Cataluña ilustran el avance imparable de las olas en la costa barcelonesa. Si se compara con las actuales imágenes de satélite, se observa claramente que, mientras en algunos puntos del litoral directamente ha desaparecido por completo la playa, en otros se acumulan toneladas de arena en torno a los espigones. Mientras, a decenas de kilómetros al sur, en el delta del Ebro, aún se siguen cosiendo las cicatrices abiertas por el temporal Gloria, del que el pasado 21 enero se cumplieron cinco años. Aprovechando la efeméride, el Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos de Cataluña ha elaborado un informe en el que llama a “renaturalizar” y recuperar “espacio detrás de la playa” para combatir el imparable retroceso de una costa llena de cemento y escasa de arena. Y también a asumir que la costa mutará, y que en esa transformación no se podrán salvar siempre todas las playas. “Es difícil decir que salvaremos toda la costa indefinidamente. Cuando luchas contra la naturaleza, acabas perdiendo”, explica el ingeniero Agustín Sánchez Arcilla, coordinador del documento, en referencia a la sangría de arena que azota la costa catalana.
En su informe, los ingenieros alertan de un “claro déficit de arena que, en muchos casos no es capaz de cumplir con sus funciones asociadas al turismo y el mantenimiento de los ecosistemas litorales”. Los expertos se refieren a la pérdida de media de 30.000 metros cúbicos de arena al año, y que incluso ha forzado al Ayuntamiento de Barcelona y al puerto a tirar de los restos de excavaciones de obras públicas para salvar las icónicas playas de Sant Sebastià, Llevant y Mar Bella. Un problema que languidece especialmente, a lo largo de sus 50 kilómetros al norte de Barcelona, las 37 playas de los 16 municipios de la costa del Maresme.
El Ayuntamiento de Barcelona, temeroso del impacto en el turismo y del impacto social que supondría perder arenales en una ciudad escasa de grandes parques verdes, pide desde años más medidas de acción y aportaciones urgente al Ministerio para la Transición Ecológica, competente en costas, que trabaja en un plan de reposición. La reclamación se extienden especialmente a los municipios barceloneses del Maresme, cada vez con playas más estrechas. “Aportar arena está bien, pero tenemos que intentar que dure porque en Barcelona es un bien escaso”, opina, sin embargo, el coordinador de un informe elaborado a título propio por una veintena de técnicos del ministerio, la Generalitat y universidades. En él, los ingenieros reclaman una planificación conjunta entre la Generalitat y el ministerio, conscientes de que la cuestión levanta ampollas entre los consistorios.
Más allá de estas aportaciones puntuales de arena ante los estragos de temporales, como el Ciarán en noviembre de 2023, los expertos piden amplitud de miras y mayor planificación ante el incierto futuro que trae el cambio climático. Y esa estrategia pasaría no tanto por reponer constantemente lo que la naturaleza se lleva, sino más bien lo contrario: dejar de invertir también millones para reparar los paseos marítimos y darle a la naturaleza el espacio que reclama frente al cemento. “Allí donde haya espacio para hacerlo, es necesario renaturalizar la costa y restituir su capacidad de adaptación a las condiciones del oleaje”, cita el documento, que entre las medidas habla de “eliminar las barreras a los corrientes litorales de sedimentos” o “recuperar los sistemas naturales de retención como ahora dunas con vegetación en las playas o prados submarinos”. “Llevamos siglos de experiencia poniendo piedras al mar. Necesitamos un cambio de paradigma”, dice Sánchez Arcilla, que reclama “dejar de tirar dinero al mar”.
La estrategia del Ministerio de Transición Ecológica ya incluye el recurso de la demolición en el caso de los paseos marítimos más frágiles dentro del dominio marítimo-terrestre, y municipios como en Calafell, Vila-Seca, l’Ampolla, Roda de Berà y Tarragona ya han empezado a demoler y retrasar paseos y a renaturalizar la fachada litoral. “Son soluciones más lentas, pero con efectos más duraderos y con más capacidad de adaptación a los cambios en el clima marítimo”, enfatizan los ingenieros. Esta estrategia, sin embargo, no está exenta de complicaciones sobre todo en las poblaciones del Maresme, donde la sobruerbanización frente al mar ha causado que en pocos metros converjan líneas ferroviarias, carriles bici y paseos marítimos.
La mala ordenación urbanística de la costa catalana ha llevado a que el 60% esté urbanizada en sus primeros 100 metros, según un informe presentado por la Generalitat el pasado septiembre de 2022. Ahora, está misma costa deberá soportar el cambio de borrascas, que según recoge el informe, afectará la costa catalana. “Las infraestructuras diseñadas no garantizan la protección de los temporales del sud, cada más frecuentes”.
Sant Adrià reabrirá, después de cuatro años, su playa tras recibir el visto bueno ambiental
El Ayuntamiento de Sant Adrià de Besòs ha obtenido la autorización de la Agència de Residus de Catalunya (ARC) para la reapertura de la Platja del Litoral. La playa situada entre la desembocadura del Besòs y las Tres Xemeneies se cerró al público en 2021 tras detectarse en sus arenas metales tóxicos peligrosos para la salud de los bañistas.
La aprobación de la ARC llega tras años de retrasos en los trabajos de recuperación y verificación de la calidad del suelo. Ahora han sido considerados adecuados y suficientes según los requisitos fijados en la resolución del proyecto de recuperación ambiental.
Según la ARC, la certificación de la recuperación voluntaria ha alcanzado los objetivos previstos, permitiendo que la playa vuelva a ser apta para su uso. El Consistorio alerta que se pondrá en marcha un programa de control y seguimiento para garantizar que se mantienen las condiciones óptimas.
La playa todavía no está abierta al público y el Consistorio trabaja ahora junto con el Àrea Metropolitana de Barcelona (AMB) para acondicionar la zona antes de su reapertura definitiva. Las actuaciones incluyen labores de limpieza y la instalación de equipamientos como duchas, juegos infantiles y tarimas para mejorar la experiencia de los bañistas.
Una vez concluidas estas tareas, se retirará el vallado perimetral y se permitirá el acceso a la Platja del Litoral, poniendo fin a años de cierre.
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