Barcelona no tendrá arena nueva para sus playas hasta 2025
El litoral de la capital catalana ha perdido una superficie equivalente a cuatro de sus espacios y no recibe aportaciones desde hace 13 años
El temporal provocado por la borrasca Ciarán, a principios de noviembre, engulló la arena de la playa barcelonesa de la Nova Mar Bella y reventó el muro del paseo marítimo. Pasado el peligro, el litoral de la capital catalana se encuentra en una situación crítica y nadie sabe a ciencia cierta cuándo se podrá reparar ni, sobre todo, si se podrá aportar arena en un plazo de tiempo razonable. La última aportación que realizó el ministerio (entonces de Medio Ambiente) en Barcelona fue en 2010, cuando se vertieron 791.138 metros cúbicos de arena. Hoy, 13 años más tarde, han desaparecido 129.300 metros cuadrados de superficie, tal y como cuantifica a EL PAÍS la directora de playas de Barcelona Ciclo del Agua (BCASA), Patricia Giménez. La arena desaparecida es el equivalente a cuatro de las nueve playas de la ciudad. El mar se ha tragado más arena que el equivalente a la superficie actual de las playas de Llevant, Nova Mar Bella, Mar Bella y Sant Miquel. El problema va cada vez a más, y no se prevé nueva aportación de arena, como pronto, hasta 2025.
La falta de arena en las playas no es un problema exclusivo de la capital catalana. El pasado 7 de noviembre el alcalde del PP en Badalona, Xavier García Albiol, envió una carta a la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, para abordar la “situación de emergencia” que sufren los arenales de la población.
La de Albiol no es la única queja de alcaldes de municipios del litoral. El pasado 27 de abril, los ediles socialistas del área metropolitana salieron en tromba, en Gavà, para criticar a la directora de Cambio Climático de la Generalitat, Mireia Boya, después de que en una entrevista manifestara que no es partidaria de aportar arena a las playas. Boya consideró que esas aportaciones eran “tirar el dinero” y los alcaldes socialistas, en bloque, acusaron a la exparlamentaria de la CUP de intentar llevar las playas a la desaparición. La protesta era contra Boya pero a sabiendas de que la Generalitat no tiene competencias en costas y las aportaciones siempre son un compromiso bilateral que firman los ayuntamientos con el Gobierno, a través del ministerio encargado de la cuestión. Entre aquellos concejales socialistas que protestaban se encontraba la teniente de alcalde Laia Bonet, hoy encargada de Transición Ecológica en el Ayuntamiento de Barcelona, que no da por perdidas las playas de la capital catalana.
Una portavoz del Consistorio barcelonés comunicó esta semana a EL PAÍS que “el Gobierno municipal continúa con la demanda para que llegue arena para las playas de la ciudad. La petición está aprobada y en trámite”. El Ministerio de Transición Ecológica no ha respondido a este diario sobre cuándo se producirá esa próxima aportación, aunque fuentes cercanas aseguran que la licitación no se materializará hasta 2025.
BCASA cuantifica dos veces al año la arena de las nueve playas de la capital catalana. Desde que se repuso en 2010, se han perdido 50.000 metros cúbicos al año durante los primeros años. Y desde 2015 hasta la fecha, cerca de 17.000 metros cúbicos anuales.
“Las últimas semanas, las borrascas Aline, Bernard, Ciarán y Domingos no han dado tregua y se han cebado, sobre todo, con la arena de la playa Nova Mar Bella. El muro no estaba preparado para resistir las olas y, al final, ha caído”, admite la directora de Playas, Patricia Giménez. Con el Ayuntamiento sin capacidad para aportar arena, a la administración local solo le queda la posibilidad de trasladar de un sitio a otro la poca que queda. “El Port Olímpic actúa como obstáculo y en la bocana se concentra arena que extraemos y utilizamos para la Barceloneta y poco más”, admite Giménez.
En 2008 se diseñó un programa de estabilización de playas y espigones y diques sumergidos para protegerlas. En 2021 se llevó a cabo la última fase de aquel proyecto ampliando el espigón de la playa de Sant Sebastià. “Desde entonces, esa playa está aguantando, pero necesitamos una aportación de arena”, admite la directora de playas. El problema es que no todas las playas tienen dique o protecciones contra los temporales y, además, BCASA sabe que el que hay en la Mar Bella está roto y buena parte de la arena se pierde por esta fractura.
Eloi Badia, que fue concejal de Transición Ecológica durante el último mandato de Ada Colau, había acordado con el Ministerio una aportación de arena, que en realidad procedía del bombeo de varios metros mar adentro de la capital catalana. Esa aportación debía realizarse en 2024, pero fuentes conocedoras de aquellos acuerdos saben que la arena no llegará porque ninguna empresa se presentó a aquella licitación y se tuvo que volver a convocar. Ahora se ha encargado el proyecto –solo informativo- para ver cómo, cuánta y dónde se distribuye la arena que falta. Además, el Ayuntamiento pretende que también se estudien los diques actuales y la posibilidad de instalar medidas de protección en las playas de Llevant y Nova Mar Bella. Acabado el proyecto, todavía habrá que licitar las obras de aportación, por lo que varios expertos alertan de que estos trabajos no comenzarán hasta, como mínimo, 2025. Mientras tanto, cada temporal de mar hace desaparecer centímetros y centímetros de arena de la costa barcelonesa
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