El Gobierno de coalición se mantiene en Bonn pese al retroceso de los cristianodemócratas
La coalición del Gobierno logró confirmarse ayer en las elecciones generales celebradas en la República Federal de Alemania (RFA), pese a las fuertes pérdidas de la Unión Cristiana Democrática (CDU) del canciller federal Helmut Kohl, que cosechó el peor resultado de su partido desde 1949. La CDU logró el 44,3% de los votos, 4,5 puntos menos que en las elecciones anteriores. El partido liberal (FDP) consiguió reforzarse considerablemente, al lograr el 9,1%. Ambos partidos consiguen una mayoría del 53,4% y una representación parlamentaria de 268 escaños, frente a los 278 de que disponían.
El resultado supone un fuerte cambio en la correlación de fuerzas en la coalición gubernamental. De las primeras reacciones de los dirigentes de la coalición se desprende que las negociaciones para la constitución del nuevo Gobierno podrían ser largas y duras. La tensión entre los liberales y la Unión Social Cristiana bávara (CSU), que con 44 y 48 escaños respectivamente, aportan casi los mismos a la mayoría gubernamental, se agudizará y creará, según se señalaba ayer en Bonn, serios problemas a la unidad de la alianza.El Partido Socialdemócrata Alemán (SPD) perdió el 0,5% frente a su resultado en las elecciones anteriores. Con el 37%, el SPD fracasó en su objetivo, desde hace tiempo imposible, de lograr la mayoría absoluta, pero evitó una catástrofe electoral que parecía probable. Un gran éxito cosechó ayer de nuevo el Partido Verde, que aumentó casi en dos puntos, hasta el 8,3%, si bien no logró convertirse en la tercera fuerza en el Parlamento debido al buen resultado, de los liberales.
El nuevo Parlamento federal (Bundestag) estará formado por 222 diputados de CDU CSU, 187 del SPD, 46 del FDP y 41 de los verdes. La CDU CSU perdió 22 escaños y el SPD 6. Los liberales ampliaron su representación parlamentaria en 12 y los verdes en 14 escaños. Destacable es asimismo el fuerte aumento del voto de extrema derecha. Desde un 0,2%, el Partido Nacional Democrático (NPD) ha subido al 0,7%. Aunque en términos absolutos el resultado no tiene entidad política alguna, sí revela las causas de la campaña nacionalista de la CDU-CSU para no perder votos por su derecha.
La participación electoral se situó en 84,1 %, cinco puntos inferior a la habida en 1983.
En una primera reacción, el canciller federal Helmut Kohl se congratuló del "éxito de la coalición que se ha visto confirmada", pero reconoció que "el resultado obtenido por la Unión (CDU-CSU) no concuerda con nuestro objetivo". "Está claro que hemos sufrido pérdidas considerables de votos. Nadie contaba con esto". Según Kohl, su partido se ha visto perjudicado por los pronósticos que le otorgaban una neta victoria, al borde de la mayoría absoluta.
Además, Kohl hizo responsable de esta inesperada pérdida de apoyo a "la discusión entre miembros de la coalición sobre determinadas posiciones políticas". Kohl se refería sin duda a la polémica entablada entre el ministro de Asuntos Exteriores, el liberal Hans-Dietrich Genscher, y los miembros del ala derecha de su partido y de la CSU sobre la política de distensión. Esta polémica ha favorecido claramente a Genscher y su partido liberal.
Según las primeras estimaciones, la CDU perdió casi dos millones de votos. Gran parte de esta fuga habría beneficiado al FDP, al que 830.000 votantes democristianos dieron su segundo voto.
Disgusto de Strauss
El presidente de la CSU bávara, Franz Josef Strauss, manifestó ayer en televisión su obvio disgusto por el resultado obtenido por los democristianos y responsabilizó de ello a "ciertas incongruencias" de la CDU. La CSU logró en Baviera el 53,7%, lo que supone un 5,8% menos que en las elecciones anteriores. Aunque este retroceso supera ampliamente al sufrido por la CDU en el resto de la RFA, Strauss recordó que su partido tíene en la región bávara un resultado superior en el 10% al medio logrado ayer por los democristianos en todo el país.El presidente bávaro se presentó ante las cámaras con acritud y dejó entrever que, si los liberales intentan vaciar de contenido sus propuestas en las negociaciones, podría provocar un nuevo intento de la CSU de separarse de la CDU y formar un partido en toda la RFA, y no restringido a Baviera como es actualmente.
Para los socialdemócratas, la votación supone un alivio ante los augurios de un resultado por debajo del 35% que hace semanas parecía ya seguro. Pese a obvias tensiones en la dirección y una campaña falta de agresividad en la que desde un principio cundía el desánimo, el candidato Johannes Rau ha logrado mantener prácticamente el resultado de 1983.
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