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ELECCIONES EN LA RFA

Los liberales sacan provecho del segundo voto y del elector centrista

El partido liberal (FDP) ha alcanzado un gran éxito con su campaña electoral, enfocada a cosechar el segundo voto de la papeleta electoral, basada en hacer cundir el temor ante una posible mayoría absoluta de los cristianodemócratas.Con el 9,1% de los votos, los liberales recuperan los escaños que perdieron en 1983 cuando muchos electores castigaron su cambio de coalición, en 1982, que provocó la caída del canciller socialdemócrata Helmut Schmidt.

Conforme a la ley electoral de la RFA, el primer voto es el que determina la elección directa del candidato en el distrito del elector. El segundo es el que determina la fuerza parlamentaria del partido votado. A los escaños logrados en total con el segundo voto se resta el número de los candidatos elegidos directamente por el primero. El partido liberal ha pedido ese segundo sufragio que se puede otorgar a cualquier partido con independencia de por quién se ha votado en primera opción. De esta forma, se estima que muchos votantes de la Unión Cristiano Demócrata han dado su segunda preferenicia a los liberales.

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Por otra parte, ha tenido éxito la estrategia del partido liberal, y especialmente del ministro de Asuntos Exteriores, Hans-Dietrich Genscher, de enfrentarse a los sectores más derechistas de la CDU- y el CSU bávaro. El FDP se presentó como garantía de continuidad de la política de distensión en el exterior y de los derechos ciudadanos en el interior.

Genscher afirmó ayer: "El resultado electoral supone la confirmación de nuestra línea polítiea exterior". El presidente de los liberales, y ministro federal de Economía, Martin Bangemann, se declaró, por su parte, satisfecho con el resultado y señaló que ello reforzará su posición en el seno de la coalición gubernamental. Bangemann no quiso comentar posibles cambios en el Gobierno de Helmut Kohl.

El partido liberal parece haberse atraído una parte de los sufragios de todos aquéllos que preferían votar al centro-derecha a consolidar la posición conservadora de los democristianos.

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