Matanza de campesinos en Manila ante Malacañang
Doce personas resultaron muertas ayer por los disparos efectuados, durante minuto y medio, por la policía y el Ejército contra unos 10.000 campesinos que avanzaban hacia el palacio de Malacañang, sede de la presidencia filipina, en Manila, para pedir una "verdadera reforma agraria". Al menos 52 personas, según fuentes oficiales, y posiblemente hasta un centenar, resultaron heridas en los 90 segundos más sangrientos de los 11 meses de la presidencia de Corazón Cory Aquino, que dentro de 10 días tiene que afrontar el referéndum sobre la nueva Constitución.
Lo ocurrido llevó a la suspensión indefinida de las negociaciones entre el Gobierno y la guerrilla comunista para poner fin a la insurgencia iniciada hace 18 años. Ambas partes cruzaron acusaciones de mala fe, pero afirmaron que la tregua de 60 días permanecería en vigor hasta la fecha prevista para su expiración, el 8 de febrero.Una hora antes de la matanza, los encargados de la seguridad de la presidenta, alertados de que la manifestación campesina podría degenerar en violencia, sacaron a Aquino del palacio de Malacañang. La presidenta regresó por la noche (tarde en España) al palacio, fuertemente custodiado, horas después de que unos 1.000 policías y soldados de infantería de marina, reforzados por camiones cisterna y coches de bomberos, hubieran dispersado a los manifestantes.
Aquino convocó una reunión de urgencia con su ministro de Defensa, Rafael lleto; el jefe de las Fuerzas Armadas, general Fidel Ramos, y sus principales asesores civiles.
Posteriormente, en una alocución televisada, afirmó que lamentaba "profundamente" los hechos y que creaba una comisión especial. independiente para establecer las responsabilidades. Entre tanto, apartó del mando al general Ramón Montaño, jefe de la policía del distrito, informa Ramón Vilaró. Es la primera vez desde que Aquino llegó a la presidencia que una manifestación de protesta se salda con muertos.
Referéndum
El trágico inciden te llega a 10 días de la celebración del referéndum, o plebiscito, para aprobar o rechazar la nueva Constitución filipina. El choque entre campesinos, llegados desde varias partes del país, y las fuerzas policiales se suma a la tensa situación que vive el país, con rumores aún vivos de fallido golpe militar el pasado fin de semana, combates entre fracciones de la guerrilla islámica en la isla de Mindanao y las negociaciones, ahora suspendidas, entre el Gobierno y el Frente Nacional Democrático (representante político de la ,guerrilla comunista).
La manifestación había sido organizada por el Movimiento Campesino de Filipinas (KMP), un grupo izquierdista que había formado durante casi una semana una cadena humana ante la sede de del Ministerio de Agricultura. Tras la tragedia, una declaración del KMP aseguró: "El Gobierno de Aquino es en potencia mucho peor que el régimen de Marcos La caída del Gobierno de Aquí no ha comenzado".
Fue a media tarde cuando ocurrió el violento enfrentamiento entre campesinos, policías y otras fuerzas, en el puente de Mendiola. Éste une Malacañang con el centro de Manila, y en él, en 1983, las tropas mataron a 11 personas en una manifestación, de protesta contra la muerte de Benigno Aquino, el marido de Corazón. Por este puente marcharon los filipinos en febrero pasado sobre Malacañang para provocar la caída de Ferdinand Marcos.
Explosiones
Ayer, campesinos en primera línea avanzaron contra la policía, que intentó repelerles con sus escudos, según testigos. De la muchedumbre salieron piedras, y la policía se vio obligada a replegarse. Algunos testigos afirmaron que oyeron, dos explosiones frente a la primera fila de la policía antes de los disparos. La policía dijo que encontró una bomba sin explotar después de la manifestación. También aseguró que disparó sólo después de ser blanco de varios disparos, y mostró dos escudos con impactos de bala.
Algunos periodistas dijeron, sin embargo, que los primeros disparos que oyeron, a ráfagas, provinieron de un grupo de infantería de marina que se encontraba agazapado detrás de la policía, en el puente. Minutos después, cientos de policías y soldados montados; en vehículos lanzaron granadas y realizaron disparos de advertencia a un grupo de unos 3.000 campesinos que se había reagrupado cerca de la oficina de correos, a menos de un kilómetro del puente. No hubo al parecer muertos en este nuevo enfrentamiento.
El general Montaño defendió la actuación de sus hombres. Las manifestaciones más allá del puente son ilegales, dijo, y aseguró que Aquino no llegó a conocer la orden de disparar. "Estamos al mando aquí. No hay necesidad de una orden presidencial", afirmó. Montaño no pudo explicar por qué los muertos habían recibido tiros en la cabeza: "Estamos intentado recomponer lo que ocurrió", añadió.
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