Francia e irán aceleran la normalización de relaciones

Ali Ahani, director para Europa y América del Ministerio de Asuntos Exteriores de Irán, se entrevistó el lunes con el ministro de Asuntos Exteriores francés, Jean Bernard Raimond, y probablemente será recibido por el primer ministro, Jacques Chirac. El viaje de tres días del alto funcionario iraní tiene como objeto avanzar en la normalización de las relaciones entre ambos países, en el mismo momento en que la venta de armas francesas a Irán y las negociaciones para la liberación de los rehenes en manos de grupos jomeinistas libaneses se han convertido en objeto de un fuego cruzado entre medios de comunicación próximos al Gobierno y a la oposición.Tras las acusaciones de L'Express al ex ministro socialista Charles Hernu, de que autorizó presuntamente la exportación ilegal de 450.000 obuses a Irán, ha sido el diario parisiense Le Matin, próximo al partido socialista, quien ha acusado a Jacques Chirac de romper la cotización de los rehenes en manos de libaneses próximos a Jomeini.

Según la periodista Kathelen Evin, de Le Matin, Chirac provocó supuestamente el fracaso de las negociaciones emprendidas por el Gobierno socialista de Laurent Fabius para la liberación de los rehenes, al prometer a Teherán "un acuerdo más ventajoso" para después de las elecciones. La posibilidad del acuerdo dependía, según la periodista, de la dimisión del presidente Mitterrand o de su total neutralización política, que habría permitido la utilización de la gracia presidencial con varios terroristas como moneda de cambio. El periódico aporta la reproducción de un supuesto telegrama diplomático de Eric Rouleau, embajador de Francia en Túnez en aquel momento, que viajó a Teherán con una delegación diplomática.

Llueven los mentís

Así como el ex ministro socialista Charles Hernu desmintió las informaciones de L'Express, el primer ministro Jacques Chirac, a través de su oficina, ha desmentido también con toda formalidad las informaciones de Le Matin. El comunicado de Chirac deplora, además, la publicación de unas informaciones, calificadas de "mentirosas alegaciones", que podrían perjudicar la solución al problema de los rehenes franceses en Líbano. Chirac reconoció el pasado 6 de enero, en una entrevista radiofánica, que había intervenido antes de las elecciones en los esfuerzos dirigidos a conseguir la liberación de los rehenes.

Francia e Irán han mejorado sensiblemente sus relaciones desde la llegada de los conservadores al Gobierno. Las dificultades entre ambos países se concentraban, en el momento de acceder Chirac al Gobierno, en tres puntos. En primer lugar, la liquidación de la deuda. El sha de Irán pagó a Francia 1.000 millones de dólares, destinados a financiar el programa de construcción de centrales nucleares. El derrocamiento del sha y la suspensión del programa nuclear llevaron al régimen de Jorneini a exigir la devolución del crédito y de los intereses (1.500 millones de dólares, según evaluación iraní). Francia se negaba a pagar los intereses y pedía además la devolución de las deudas iraníes derivadas de la ruptura de contratos. Francia devolvió una tercera parte de esta deuda casi simultáneamente a la liberación de los rehenes Camile Sontag y Marcel Coudai.

El segundo punto de fricción afectaba a la presencia de opositores iraníes a Jomeini en París, en concreto Masud Rayavi y sus muyaidin delpueblo. Teherán exigía su expulsión y Chirac obtenía, el pasado 8 de junio, el traslado voluntario de residencia de Rayavi a Bagdad. Doce días después, dos rehenes franceses en Líbano, Georges Hansen y Philippe Rochot, eran liberados. El tercer contencioso afecta a la guerra entre Irán e Irak. Teherán exige la retirada del apoyo militar a Bagdad o, en su caso, un trato equitativo en el suministro de armas. El Gobierno francés, sin embargo, ha manifestado que no cambiará su posición sobre la guerra del Golfo y que no habrá relaciones plenas mientras ciudadanos franceses sigan secuestrados en Líbano.