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El joyero que denunció la 'mafia policial' asegura que dos inspectores organizaron un robo de 25 millones

El joyero santanderino Federico Venero, quien denunció la existencia de una red de corrupción policial, asegura que los inspectores Victoriano Gutiérrez Lobo -procesado por la desaparición de Santiago Corella, alias El Nani- y Adelardo Rafael Martínez García organizaron hace año y medio un robo en Madrid de 25 millones de pesetas en joyas. Venero asegura, en declaraciones ratificadas ante la autoridad judicial, que el móvil del atraco por los policías "era apropiarse de una parte del botín", cuestión que "no pudieron consumar (...) al intervenir diferentes brigadas". Del asunto entiende la Sala Cuarta de la Audiencia Provincial de Madrid, la misma que instruye el sumario del caso de la desaparición de El Nani.

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El 20 de agosto de 1985, cuatro delincuentes perpetraron un atraco en el domicilio del representante de joyería Miguel Angel Fanegas Tejero, situado en la calle de la Música, de la urbanización Pablo Iglesias, en Rivas-Vaciamadrid (localidad situada a 15 kilómetros de la capital). Ramón Sevilla Fernández -alias El Gordo-, Manuel Dávila Cáceres y Carlos Pérez Sáez, tres de los presuntos asaltantes, se introdujeron en la vivienda y, armados de pistolas, robaron dos maletas con 25 millones en joyas, mientras que Margarita Colominas Paniella, al volante de un Renault 14 matrícula BI-8980-V, les esperaba supuestamente a la salida para cubrir la fuga. Los muestrarios de joyería robados estaban compuestos por gran cantidad de anillos, cadenas, pendientes y sortijas.En el dispositivo policial preparado para detener a los atracadores se encontraba al menos una decena de agentes policiales, entre ellos Victoriano Gutiérrez Lobo y Adelardo Rafael Martínez García. Ambos fueron acusados de participación en el superatraco a una sucursal del Banco Español de Crédito, del que se obtuvo un botín de 1.200 millones de pesetas. Sobre estos hechos la Audiencia Provincial de Madrid ha desestimado su procesamiento por entender que no hay suficientes indicios racionales de criminalidad que les impliquen en este caso.

El dispositivo policial preparado para detener a Sevilla, Dávila, Pérez y Colomirias contaba incluso con un helicóptero para las funciones de apoyo. A la hora del atraco fueron detenidos los cuatro asaltantes.

Venero ha declarado ante notarlo y previamente ante el juez de instrucción número cuatro de Santander, Javier Cruzado, quien tramitó las diligencias de la mafia policial, y ante el magistrado Luis Lerga, juez del número cuatro de Madrid, que, "siguiendo las órdenes recibidas de los inspectores del Cuerpo Superior de Policía Victoriano Gutiérrez Lobo y Adelardo Rafael Martínez, facilitó información a Ramón Sevilla Fernández para la comisión de un robo en Madrid, el cual debía producirse en el domicilio del joyero Miguel Ángel Fanegas".

Objetivo y móvil

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"A dicho efecto", declaró Venero, "se le facilitó a Ramón Sevilla toda la información oportuna, la cual, a su vez, provenía de los inspectores de policía ya mencionados", añade Venero en su declaración ante notario efectuada el 7 de noviembre pasado. Venero agrega que los dos inspectores "se desplazaron a Santander para vigilar y controlar a Ramón Sevilla y para saber en qué fecha exacta se proponía realizar el delito que se estaba provocando"."El objetivo y móvil de los mencionados riolicías era facilitar la indicada información y provocar el delito, para, una vez consumado éste, proceder a la detención de Ramón Sevilla y apropiarse de una parte del botín", agrega Venero. "Sin embargo esto no sucedió así, ya que al intervenir diferentes brigadas [en la detención de los delincuentes], los policías Gutiérrez Lobo y Adelardo Martínez no pudieron consumar su objetivo", finaliza el joyero santanderino,

La versión oficial de los hechos señala que la Brigada Central de Policia Judicial observó la presenciade Ramón Sevilla, alias El Gordo, en un camping de Arganda (Madrid) días antes del atraco. La diligencia no aclara cómo fue localizado. La policía estableció un servicio de vigilancia compuesto por 12 agentes, entre ellos Victoriano Gutiérrez y Adelardo Martínez. La policía los vigiló, y el día 20 observaron cómo llegaban los cuatro sospechosos en un vehículo a la urbanización Pablo Iglesias y posteriormente huyeron con el botín.

Los inspectores de policía Daniel Díaz-Alejo y Ramón Herreruela Castro, que participaban en la operación, avisaron del hecho por su cuenta, por la radio, a la emisora central H-50, y solicitaron que se estableciera un control en la carretera Madrid-Burgos a la altura de San Sebastián de los Reyes, a la vez que se pedía un helicóptero policial para no perder al vehículo sospechoso, con lo que tuvieron que intervenir más policías. Este hecho, en opinión de fuentes de la defensa de los atracadores, desbarató los planes de los supuestos organizadores del atraco.

"A la altura de la urbanización La Moraleja se detuvo el vehículo sospechoso", añade la nota policial, "apeándose Manuel Dávila y Carlos Pérez, que se dirigieron a una parada de taxis". En. ese momento, estas dos personas fueron detenidas por Victoriano Gutiérrez Lobo y Adelardo Rafael Martínez García. Instantes después, el vehículo llegó al control establecido y los otros dos asaltantes fueron detenidos. La policía se incautó del botín.

Los cuatro atracadores se encuentran ahora en prisión, excepto Margarita Colominas, quien goza de libertad provisional. El Gordo está en la cárcel de Carabanchel. Dávila y Pérez fueron trasladados recientemente al hospital Penitenciario de Madrid aquejados de tuberculosis, aunque fuentes próximas a los afectados no descartan que la enfermedad que sufren sea el SIDA.

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