El éxito de Kraus hace olvidar los contratiempos del Festival de Música de Canarias
El III Festival de Música de Canarias, que reunirá hasta el próximo 5 de febrero, a un selecto programa de intérpretes españoles y extranjeros, se inició con éxito a pesar de ciertos contratiempos, con un recital, el 7 de enero, del tenor Alfredo Kraus en el teatro Guimerà, de Santa Cruz de Tenerife.El Gobierno autónomo, organizador de la muestra musical, tuvo que resolver cinco días antes del concierto de apertura un serio imprevisto que a punto estuvo de frustrar la jornada inaugural. Max Bragado-Darman, director de la Orquesta Filarmónica de Gran Canaria, designado para acompañar a Kraus en el primer acto del festival, decidió el 2 de enero presentar la dimisión.
En un tiempo récord, el maestro italiano Nino Bonavalonta viajó a las islas, adonde llegó dos días después de la renuncia de Bragado-Darman, Debido al, cambio de batuta, el programa se vio ligeramente alterado. La orquesta sólo ensayó algo más de dos días. Bonavalonta fue su conductor también en la segunda intervención de Kraus en el festival, anoche, en el teatro Pérez Galdós de las Palmas de Gran Canaria.
Bragado-Darman, que dirigía la Sinfónica de Gran Canaria desde marzo de 1,985, decidió abandonarla cinco meses antes de que expirara su contrato, porque, en su opinión, no había entendimiento entre él y el patronato que la rige. Considera que su labor había sido positiva, aunque escasamente apreciada por quienes le tenían contratado. La orquesta se manifestó hace dos años ante el teatro Pérez Galdós, coincidiendo con un concierto de la primera edición del festival, para denunciar que carecían de local de ensayos. Por su parte, Antonio Pita Cárdenas, gerente de la Filarmónica de Gran Canaria, considera que la decisión de Bragado-Darman fue inoportuna y desproporcionada.
A pesar de todo, se colocó el cartel de "no hay localidades" para el concierto de Kraus, en el teatro Guimerà. A sus 59 años, el tenor grancanario, que acaba de cosechar un resonante éxito en Estados Unidos, demostró que atraviesa un gran momento de forma.
Su dominio técnico de la voz y su portentosa capacidad para afrontar las más difíciles partituras se pusieron de manifiesto en la impecable interpretación de arías tan conocidas como Una furtiva lágrima, de la ópera El elixir de amor, de Donizetti, o las extraídas de las creaciones de Offenbach y Mozart, Los cuentos de Hoffman y Don Giovanni. Alfredo Kraus fue ovacionado y tuvo que hacer un bis con el célebre pasaje de Rigoletto La donna e mobile.
Babelia
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