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El año de la pelea

Este año, el primero del ingreso en la CE, ha sido el año de la pelea, según confiesa el representante permanente de España en la Comunidad Europea, Carlos Westendorp. "Hemos tenido que aprender mucho y muy deprisa, y, como novatos, hemos adoptado una actiutd defensiva para evitar que nos metieran goles", explica.Lo más agrio de la lucha lo ha ocupado la política mediterránea, en la que las compensaciones concedidas a los productos competidores del Magreb se han visto compensadas con el compromiso de aumentar las financiaciones comunitarias para las concesiones pesqueras y con la mejora del régimen exportador a Canarias.

El otro frente han sido los funcionarios. Primero, la ausencia de traductores al español, lo que ha motivado en ocasiones la retirada de los representantes españoles. Luego, el cupo de 1.000 funcionarios comunitarios que corresponde a España, que no podrá ser cubierto hasta finales de 1988.

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Hasta entonces queda un largo camino por recorrer. Es un período en el que el objetivo fundamental es la coordinación de la Administración española de cara a Europa. España ocupará la presidencia de turno de la CE el primer semestre de 1989, y entonces no bastará con tener elaboradas posiciones propias. Nuestro país será el responsable de elaborar propuestas de consenso que tengan como principal función e interés conciliar las discrepancias de los 12 Estados miembros.

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