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'NAVIDAD NEGRA' EN COLOMBIA

Virgilio Barco convoca una "cruzada internacional" contra el narcotráfico

La destrucción de cosechas de coca y marihuana, el endurecimiento de las penas por tener armas sin permiso y facultades ampliadas de detención y encarcelamiento para la policía y el Ejército son algunas de las medidas excepcionales decretadas por el Gobierno colombiano la pasada madrugada, en una reunión urgente del Consejo de Ministros celebrada tras conocerse la noticia del asesinato de Guillermo Cano, director del influyente diario liberal El Espectador. El Gobierno convocó al mismo tiempo una "cruzada internacional" contra el tráfico de narcóticos y por el derecho a la vida.

La policía informó anoche de que cinco personas resultaron muertas en una operación efectuada ayer en relación con el asesinato de Cano. El coronel Orlando Peña, director del servicio de información de la policía, confirmó que sus agentes dieron muerte a cuatro hombres y una mujer al encontrar una fuerte resistencia armada durante el allanamiento de una vivienda situada en un sector residencial del norte de Bogotá.El presidente colombiano, Virgilio Barco, después de la reunión del Gabinete, hizo público un comunicado en el que anunciaba que reforzará la lucha contra la ola delictiva dirigida por la mafia de la droga.

El comunicado manifiesta el rechazo "a las formas de criminalidad que intentan impedir el imperio de la ley y socavar las libertades, entre ellas la de Prensa" y asegura que "no se ahorrarán esfuerzos para salvaguardar la democracia".

La declaración añade que "el crimen organizado, el narcotráfico sin ley, sin moral y sin Dios, no se detiene ante nada", y exhorta a la opinión pública nacional e internacional a participar en una "gran cruzada en favor del derecho a la vida". El presidente Barco, según una fuente próxima a él, se encuentra "indignado y enfurecido" por el asesinato de Cano, que "ha colmado la paciencia del Gobierno".

La policía y el servicio secreto realizan desde la noche del miércoles una intensa cacería de los dos autores del atentado, uno de los cuales parece que fue herido por disparos de un vigilante del periódico, según testigos del crimen.

Las reacciones a la muerte del prestigioso periodista fueron inmediatas, una vez conocido el atentado, y se manifestaron amenudo entre lágrimas. El ex presidente Belisario Betancur dijo que "el país está atravesando por una terrible prueba". Entre la opinión pública, el asesinato de Cano ha despertado sentimientos similares a los provocados en 1984 por la muerte, también a manos de narcotraficantes, del entonces ministro de Justicia, Rodrigo Lara Bonilla, lo que llevó al Gobierno al decretar un estado de sitio que sigue todavía vigente.

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La mayoría de los comentaristas destaca la similitud del asesinato de Guillermo Cano con el de Lara Bonilla, muerto también por dos individuos que iban en moto. Tras la muerte de Lara Bonilla, otras personas que, de una u otra forma, se enfrentaron al narcotráfico cayeron bajo las balas, en una campaña de intlinidación. Entre esas víctimas se encuentran, durante el presente año, un magistrado del Tribunal Supremo, varios jueces, dos policías con fama de incorruptibles y otro periodista.

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