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Los estudiantes belgas inician un movimiento de protesta

Los estudiantes belgas, contagiados por sus vecinos franceses, se echaron el martes por la tarde a la calle en Bruselas, en protesta contra las medidas de austeridad que afectan a la Universidad tomadas por el Gobierno hace seis meses.

El Ejecutivo encabezado por el primer ministro Wilfried Martens decidió entonces, para reducir, el enorme déficit presupuestario, incrementar las tasas de matrícula, disminuir los gastos de funcionamiento de las universidades, mermar los subsidios sociales concedidos a los restaurantes estudiantiles y para actividades culturales y, sobre todo, recortar los fondos dedicados a la investigación.Bajo el lema La enseñanza no es un gasto, es una inversión, 11.000 jóvenes, según la policía, 15.000 según los organizadores, sobre un total de 100.000 estudiantes en todo el país, recorrieron el centro de la ciudad sin que se produjese ningún incidente, en parte gracias al servicio de orden de los manifestantes que canalizó el desfile.

La autodisciplina del cortejo, no sólo evitó cualquier intervención de las unidades antidisturbios de la gendarmería sino que impresionó a los responsables de las fuerzas de orden público, y el diario La Libre Belgique recogía las declaraciones de un comisarlo anónimo que se mostraba "dispuesto a lidiar todos los días con manifestaciones como ésta".

Escasa originalidad

La Prensa de ayer aparentaba, en cambio, estar un poco decepcionada por la escasa originalidad de las consignas coreados y de las pancartas esgrimidas, entre las que sólo destacaba una que había sido colgada del cuello de un perro y en la que se podía leer: ¡Universidad abierta a todos!Cuando en la primavera pasada fueron aprobadas las restricciones, apenas 4.000 o 5.000 participantes respondieron a la convocatoria de una manifestación, acaso porque se encontraban en vísperas de exámenes. Pero ayer esa cifra se duplicó o triplicó, y las revindiciones formuladas por las asociaciones estudiantiles rebasan ahora el marco de la enseñanza para abarcar el estatuto de los objetores de conciencia y el subsidio de paro.

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