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Traslado en México de un mural de Diego Rivera

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El mural del pintor Diego Rivera Sueños de una tarde dominical en la alameda central, que pesa 36 toneladas y se encontraba en un hotel semidestruido tras el terremoto de septiembre de 1985, ha sido trasladado y salvado por técnicos mexicanos. Esta delicada operación, que duró varios meses, culminó el domingo.La avenida de Juárez de la capital mexicana quedó cortada al tráfico durante todo el pasado domingo. Desde primeras horas de la mañana se congregaron allí técnicos, policías, mirones y hasta ocho mariachis que no cesaban de animar con su música. El motivo de la reunión era el rescate de uno de los murales más famosos del pintor Diego Rivera, que se encontraba en el hotel del Prado, que amenaza ruina tras el terremoto que asoló la ciudad hace poco más de un año.

El mural Sueño de una tarde dominical en la alameda central fue polémico, como casi toda la vida de Rivera, de quien días atrás se cumplió el centenario de su nacimiento. Cuando Rivera pintó el mural en 1948, representó a un escritor mexicano, Ignacio Ramírez, con un texto en las manos que decía: "Dios no existe". El escritor había pronunciado esa frase en su discurso de ingreso a la Academia de Letrán. La frase movilizó a los sectores clericales de la sociedad mexicana de la época.

El obispo Luis María Martínez se negó a bendecir el hotel y hubo un grupo de estudiantes que atacaron el mural y rasparon con un cuchillo las palabras "no existe". En respuesta, unos 100 intelectuales y artistas, encabezados por los muralistas Orozco y Siqueiros, entraron en el comedor del hotel al grito de "muera el imperialismo", Rivera se subió a una silla y restauró a lápiz la frase que había sido mutilada.

Las autoridades del distrito federal de México acordaron meses atrás rescatar el mural de Rivera del hotel, que probablemente tendrá que ser derribado por amenaza de ruina ante el riesgo de un temblor de tierra. El ingeniero Francisco Noreña explicó que, aunque se decidiese conservar el edificio, los trabajos de construcción y albañilería habrían dañado el mural. Por eso se decidió trasladarlo al otro extremo de la alameda central, donde se construirá un pabellón que permitirá contemplar de nuevo la obra de arte.

Complicados cálculos

La operación de traslado duró varios meses. Se realizaron complicados cálculos de resistencia de materiales para tratar que el mural -que mide 15,5 metros de largo, 4,8 de alto y pesa 36 toneladas- no sufriese daño con el transporte. El peligro era grande, porque esos 75 metros cuadrados de extensión tenían sólo ocho centímetros de espesor sobre una sustancia de polvo de mármol.El domingo, una grúa capaz de cargar 250 toneladas depositó su preciosa carga sobre un camión con 96 ruedas en medio de la emoción de los presentes. El mural iba revestido con una sustancia aislante para evitar que el cambio de temperatura, desde el interior del hotel a la calle, y la intemperie le dañasen.

Los mariachis no cesaban de cantar "Eres un ángel, criatura, con esos divinos ojos y esos labios rojos que abren tu dentadura", y luego seguían con "Soy soldado de levita, de esos de caballería". El ingeniero Noreña calcula que los costes de la operación de traslado del mural ascienden a 120 millones de pesos (algo menos de 20 millones de pesetas), y considera que este gasto "hay que hacerlo incluso en estos tiempos de crisis económica", porque se trata de salvar el patrimonio cultural de México. La exposición de pintura de Rivera, que actualmente se contempla en la capital mexicana, viajará a Madrid, donde está prevista su inauguración el próximo 16 de febrero.

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