El SIDA origina un debate político y moral en el Reino Unido
El síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA), que hasta finales de noviembre se ha cobrado en este país 296 vidas, ha dejado, desde el pasado jueves, de ser un problema exclusivamente médico para entrar de lleno en el debate moral y, por consecuencia, político, una conclusión que hasta ahora todos habían tratado cuidadosamente de evitar. La causa: unas explosivas declaraciones de James Anderton, el gigantesco jefe de la Policía Metropolitana de Manchester -la fuerza de policía más numerosa del país-, para quien la propagación del SIDA -"una plaga autoimpuesta"- en la sociedad hay que achacarla al hecho de que aquellos que tienen el riesgo de contraer la enfermedad "se revuelcan en un pozo negro humano creado por ellos mismos".
Anderton, un antiguo predicador laico recientemente convertido al catolicismo, aprovechó un seminario dedicado al estudio de las medidas que debían adoptar los policías para evitar un posible contagio en su trato con aquellas personas que padecían la enfermedad para lanzar su alegato contra tirios y troyanos."¿Por qué no se pregunta a los homosexuales por qué se dedican a la sodomía y otras prácticas repugnantes sabiendo los peligros que comportan? ¿Por qué no se pregunta todos los días en televisión a las prostitutas, estén o no infectadas, por qué continúan con su comercio? ¿Por qué no se pregunta todos los días en televisión a los llamados casados felices por qué usan los servicios de prostitutas sabiendo los riesgos que corren? ¿Por qué no se hacen estas preguntas en lugar de anunciar preservativos en televisión?", inquirió Anderton ante la sorpresa de 160 delegados que asistían al seminario.
Portavoces del consejo municipal de Manchester, en manos de los laboristas, y de los grupos gay se han apresurado a condenar la declaración de Anderton como "retórica, reaccionaria, carente de cristianismo y compasión", mientras que, por otra parte, las cartas de apoyo al jefe de policía de Manchester llegaban por centenares. Sin embargo, unos y otros reconocen que, por primera vez, el problema del SIDA ha traspuesto el umbral médico para ser planteado también en términos políticos, sociales y, desde luego, morales, algo que el Gobierno, hasta ahora, no había querido hacer por temor a que los contagiados con el SIDA decidiesen refugiarse en la clandestinidad y el anonimato, haciendo con ello más dificil la guerra de prevencíón y cura de la enfermedad.
30.000 portadores
Según se informó el pasado miércoles en la Cámara de los Lores, hasta finales de noviembre se habían registrado en el Reino Unido 599 casos de SIDA, de los que 296 han fallecido. Aunque las cifras son ridículas si se comparan con las de Estados Unidos, donde se calcula que 179.000 personas habrán muerto de la enferme dad en los próximos cinco años, el porcentaje es ímpor tante si se tiene en cuenta que el primer fallecimiento a causa del SIDA se produjo hace sólo cinco años.En la actualidad se calcula que unas 30.000 personas son portadoras del virus en Gran Bretaña, razón por la cual el Gobierno ha iniciado una campaña en radio y televisión por un valor de unos 4.000 millones de pesetas, dedicados a alertar sobre los peligros de la enfermedad y a recomendar el uso de preservativos.
La campaña está basada en dos eslóganes: el primero hace referencia a la ignorancia de las causas del SIDA y puede resumirse con una frase que llena los carteles que han inundado las vallas publicitarias de Londres: "SIDA: no muera por ignorancia. Utilice preservativos". El segundo eslogan ha constituido la base de la campaña en tres de las cuatro cadenas radiofónicas de la BBC, y está dirigido principalmente a los jóvenes. Sus palabras clave son "Play safe" (cuya traducción libre podría ser "Hágalo [el acto sexual] seguro").
Ambas campañas han merecido la condena tanto de la Iglesia católica como de la anglicana. Los 47 obispos católicos de Inglaterra y Gales hicieron público un comunicado en el que pusieron de manifiesto que la forma más efectiva de contener la propagación de la enfermedad residía en conseguir un cambio sustancial en las actitudes y comportamientos morales y sociales", lo que significa "aceptar que la expresión sexual del amor está reservada al matrimonio".
En cuanto a la Iglesia anglicana, un informe publicado ayer por su comisión para el estudio de la responsabilidad social pidió "una vuelta a las restricciones bíblicas" para evitar el peligro del SIDA. "Su propagación es una prueba de que los cuerpos humanos no pueden hacer frente a la promiscuidad", añadía.
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