Una "mancha de sangre" que separa

CORRESPONSAL, "Entre el Gobierno y los estudíantes hay todavía una mancha de sangre". Con esta frase definían ayer los miembros del buró de la Coordinadora Nacional de Estudiantes la nueva situación, después de la victoria alcanzada por su movimiento.

El portavoz del buró, David Assouline, leyó ante los periodistas el comunicado en el que se anuncia que se mantiene la convocatoria a una jornada de huelga para el miércoles y expresa su alegría por la victoria y su amargura por la muerte del joven Malik Oussekine y por los numerosos heridos producidos en los gravísimos enfrentamientos del jueves y de días sucesivos en París. El buró de los estudiantes "toma nota" de la retirada de la ley Devaquet y hace constar que si esta decisión se hubiera producido el pasado jueves, no habría que lamentar ahora una muerte.

La declaración califica el discurso del ministro francés del Interior, Charles Pasqua, pronunciado el domingo ante el congreso del RPR, de "guerrero y racista", y justifica el mantenimiento de la convocatoria de huelga para el miércoles en la necesidad de que la juventud francesa diga nunca más a este tipo de actuaciones y torpezas políticas.

Los estudiantes se reunirán hoy en asambleas generales que deberán ratificar la propuesta realizada por el órgano permanente de la coordinadora nacional. El llamamiento del buró nacional hace hincapié en la necesidad de mantenerse vigilantes ante la concertación universitaria que quiere emprender el Gobierno y ante la reforma de la enseñanza media. La impresión general en Francia es que la actual estructura de organización del movimiento estudiantil va a institucionalizarse.

Después de su victoria sobre la ley Devaquet, y a pesar de este llamamiento a la huelga general, que sólo va a ser secundado por la CGT, todo hace pensar que en los próximos meses habrá una fuerza social en presencia con la que el Gobierno y la oposición deberán contar en el terreno del juego político.