Los estudiantes toman de nuevo las calles de París
Varios centenares de miles de jóvenes universitarios y bachilleres, llegados de toda Francia, desfilaron ayer por las calles de París en protesta por la ley de reforma universitaria conocida por el nombre del ministro que la ha proyectado, Alain Devaquet. La cifra de manifestantes superó ampliamente a la registrada en la de la marcha que se desarrolló hace una semana, cuando la primera protesta callejera congregó a unos 150.000 estudiantes según la policía y a medio millón según otras fuentes. Las primeras apreciaciones permiten pensar que ayer los manifestantes en las calles de París fueron cerca de medio millón. Distintos observadores coinciden en señalar que la de ayer es la mayor manifestación celebrada hasta ahora en la capital francesa.
Los jóvenes empezaron a concentrarse a media mañana en las universidades y liceos y en las estaciones ferroviarias, para confluir en la plaza de la Bastilla a las dos de la tarde y terminar la marcha en los Inválidos. La cabeza de la manifestación, formada por 300 delegados de todo el país, portaba una pancarta con idéntica consigna a la utilizada hace una semana: "No a la ley Devaquet, estudiantes-bachilleres unidad".Después de la Coordinadora Nacional, desfilaron las universidades de París, ordenadas por números, desde el I, que corresponde a Panteón-Sorbona, hasta el XIII, Villetaneuse, que ha sido el auténtico motor de este movimiento. Detrás, los estudiantes de provincias desfilaron también encuadrados por ciudades, en orden alfabético. Cualquier insignia o pancarta de partido o sindicato fue prohibida. La recomendación era utilizar únicamente consignas que se referían a la la ley Devaquet.
Medidas de seguridad
El servicio de orden de la manifestación fue reforzado y se extremaron la medidas para evitar incidentes con los estudiantes de extrema derecha, que ya atacaron a los manifestantes en la primera marcha. Sin embargo, se produjeron algunos intentos de agresión de dichos grupos.
Las medidas de seguridad de la prefectura de París también se extremaron con respecto a la anterior protesta. Un total de 3.500 hombres de las Compañías Republicanas de Seguridad, un tercio del total de los efectivos, fue concentrado en París para asegurar la buena marcha de la jornada. Las estaciones de metro que coincidían con el recorrido fueron cerradas. El tráfico quedó interrumpido durante varias horas en una amplia zona de la ciudad que abarca desde Inválidos hasta la estación de Austerlitz.
Los estudiantes de las ciudades más alejadas de París, principalmente las del Sur, realizaron también manifestaciones, aunque mandaron a la capital nutridas delegaciones, en algunos casos de miles de personas.
Las universidades menos alejadas, en cambio, se trasladaron prácticamente en masa a la manifestación parisiense. En la tarde del miércoles y la mañana de ayer, numerosos manifestantes llegaron en 21 trenes especiales, cientos de autocares y numerosos coches particulares. Las universidades de París, casi todas ellas ocupadas pacíficamente por los alumnos, alojaron durante la noche en muchos casos a los estudiantes de provincias.,
La marcha fue seguida con simpatía por la población, que, según un sondeo de Le Matin, apoya en un 62% las reivindicaciones de los estudiantes. Entre los padres de universitarios y bachilleres, esta simpatía aumenta hasta un 70%.
Al término de la manifestación, los ministros de Educación Nacional, René Monory, y de Universidades e Investigación, Alain Devaquet, recibieron a una delegación formada por 15 universitarios y 15 bachilleres. El fracaso de esa reunión provocó anoche graves incidentes.
El primer ministro, el conservador Jacques Chirac, por su parte, anunció ayer mismo que la ley Devaquet regresará de nuevo, pase lo que pase, a la Asamblea Nacional, el 12 de diciembre, para su discusión y aprobación inmediata.
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