Los ministros de la CE aprueban un presupuesto superior a cinco billones de pesetas para 1987

Los ministros de Hacienda de la CE -España estuvo representada por el secretario de Estado de Hacienda, José Borrell- aprobaron, tras casi 20 horas de discusión, un presupuesto de 36.228 millones de ECU (unidad de cuenta europea, equivalente a 140 pesetas), más de cinco billones de pesetas, superior en 283 millones a su proyecto inicial de septiembre, pero inferior en 217 millones a los gastos no agrícolas previstos en octubre por el Parlamento de Estrasburgo. Sin embargo, dejaron en manos de sus colegas de Agricultura la toma de una decisión sobre la reducción de los costosos excedentes lácteos, condición exigida por los eurodiputados para dar su visto bueno a los presupuestos.

El actual presidente del Consejo de Ministros de la Comunidad Europea (CE), el titular británico de la cartera del Tesoro, Peter Brooke, en una conferencia de prensa realizada al finalizar la reunión, se esforzó por restar importancia a la amenaza formulada por el Parlamento Europeo, dando a entender que esta institución sólo intentaba hacer comprender la urgente necesidad de toma medidas para disminuir los excedentes agrícolas. En cualquier caso, los ministros de Hacienda de los doce aceptaron en su reunión de ayer más de la mitad de las enmiendas presentadas por el Parlamento al presupuesto de la Comunidad para 1987.

Críticas parlamentarias

Pierre Pflimlln, presidente del Parlamento Europeo, y la comisión de presupuestos de esa asamblea, han esgrimido la posibilidad de rechazar el proyecto de gastos para el año próximo, que les será sometido a mediados de diciembre, si los Gobiernos de los doce no se comprometen previamente a recortar la producción de leche en un 5% durante los próximos dos años. Los excedentes lácteos cuestan anualmente a la CE 1.318 millones de ECU.

Los participantes en la reunión de ayer, especialmente las delegaciones de Francia y la República Federal de Alemania (RFA), rehusaron pronunciarse sobre esta cuestión para no atar las manos de los responsables de la Europa verde, que se volverán a encontrar el 8 y 9 de diciembre, en vísperas de la sesión parlamentaria, en Estrasburgo.

Pero el abismo que separa las posturas de los ministros de Agricultura, puesto de relieve en el Consejo de Ministros de mediados de mes, es tan profundo -España se opone a la rebaja de la cuota, argumentando que su producción de leche es ligeramente deficitaria- que parece muy improbable el conseguir un acuerdo que se acerque a las tesis de la Asamblea europea. Después de empezar confirmando su rechazo a la propuesta parlamentaria de crear un fondo de 2.500 millones de ECU para la eliminación de los excedentes, el Consejo de Ministros de Hacienda hizo, sin embargo, una concesión a la Asamblea abriendo una partida presupuestaria para alcanzar este objetivo, pero omitiendo, por ahora, asignarle recursos.

Queda por ver si éste y algunos otros gestos menores bastarán para que los eurodiputados renuncien a llevar a la práctica la amenaza de aplazar hasta principios del próximo año la adopción del presupuesto de 1987, lo que obligaría a la Comunidad Europea a funcionar hasta entonces en base a los insuficientes gastos del anterior ejercicio.

Jean Pierre Cot, presidente de la Comisión de Presupuestos del Parlamento, se refirió a las deliberaciones del Consejo y lamentó "la doble irresponsabilidad de los ministros". Esta reacción permite vaticinar que las iniciativas de los responsables de Hacienda no van a satisfacer del todo a los diputados.

La renuncia de los ministros a aprobar un presupuesto de rectificación para el año en curso que colme parte del agujero presupuestarlo, estimado en 1.300 millones de ECU, induce también a augurar que la discusión de diciembre entre Parlamento y Consejo será ardua. El déficit es, en parte, achacable a una recaudación inferior a la prevista en España, razón de más para que, según Borrell, el Tesoro español no sea contribuyente neto a las arcas de la Comunidad Europea.

Con el apoyo de sus homólogos de Italia y Grecia, pero no de Portugal, Borrell logró obtener una nueva distribución de los 250 millones de ECU en créditos a bajo interés para los países del Tercer Mundo no asociados a la CE, que a partir de 1987 se repartirán al 50% entre América Latina y Asia, cuando hasta estos momentos el 75% era destinado a este último continente.