El Escorial

Los profesores Pedro Guilló y Gabriel del Estal han escrito sendos e interesantísimos artículos en EL PAÍS sobre El Escorial y Felipe II. Precisa el profesor Del Estal que Felipe II no es un rey batallador. Es un rey gobernante. Y así parece ser que fue.Sirva la anécdota esclarecedora de que Felipe II llegó tarde a la batalla de San Quintín, hecho que llenó de ira afemperador Carlos, a la sazón en el monasterio de Yuste y permanentemente cabreado por el escaso ardor combativo de su hijo, e incluso del duque de Alba ante el papa Paulo IV, al que de buena gana le hubiera dado una pasada parecida a la del Saco de Roma con al papa Clemente VII.

Sí cabe hacerle una precisión al profesor Guilló. Es cierto que Felipe II quemaba todo documento que pudiera comprometerle e incluso que pudiera comprometer al emperador Carlos, como es todo ese mundo confuso de la amante del emperador, Bárbara Blomberg, que no paraba de darle dolores de cabeza, al ser la supuesta madre de don Juan de Austria; pero la biografía de su contemporáneo Cabrera de Córdoba está ahí, con todos sus defectos, editada en tiempos de Alfonso XII, y es un apasionante relato sobre la personalidad de Felipe II y en el que,hoy se puede leer entre líneas lo que fue este caballero.-