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NEGOCIACIÓN Y TERRORISMO

La 'conexión iraní' coloca a Reagan a la defensiva

Francisco G. Basterra

Ronald Reagan, por primera vez desde que llegó a la presidencia, está a defensiva. Su magia de gran comunicador y la hasta ahora eficaz maquinaria de propaganda dé la Casa Blanca no consiguen dominar el excepticismo de la opinión pública sobre la polémica conexión iraní. El inngreso abrirá esta semana una investigación sobre el brusco cambio política al vender armas a Irán, manteniendo la operación en secreto durante 11 meses y mintiendo mientras tanto a los aliados.

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Primeroro el Parlamento quiere saber más y está dispuesto a entrar también a fondo en la legalidad de la política encubierta hacia Nicaragua y en la confusión recieinte sobre los acuerdos de aramentos con la Unión Soviética y lo que verdaderamente distinque Reagan con Mijail Gorbachov en Islandia. El presidente, lleva tres meses eludiendo comparecencia pública ante los periodistas, ha convocado fin una conferencia de prensa televisada para el miércoles.Reagan está solo frente a lo e los demócratas consideran nada importante catástrofe de política exterior", y los propios publicanos, como el hasta ahora líder de la mayoría del Sena, Robert Dole, señalan que es Ignora en lo que es muy dificil aportar al presidente. Ayer se conmóción que éste ni siquiera había formado a la junta de jefes de estado Mayor del suministro de mas a Irán. El jefe de la misma, almirante William Crowe, se sorprendió tanto, al enterarse

la Prensa, que ordenó una investigación en la cadena de mando por si alguno de sus subalternos no le había informado. Estupefacto, descubrió que el secretario de Defensa, un civil, Caspar Weinberger, y el consejero de Seguridad Nacional, un militar, el almirante John Poindexter, no le habían comunicado nada por orden del presidente.

"Hemos recibido un impacto directo", admitió ayer un miembro de la Casa Blanca tras conocer los sondeos que reflejan que la mayoría de los americanos desaprueba las negociaciones con Irán.

El secretario de Estado, George Shultz, criticó ayer indirectamente la entrega de armas a Irán y señaló que el embargo militar de Washington contra Teherán sigue en vigor, informa France Presse. En una enúsión de la cadena de televisión CBS, Shultz declaró que estaba en contra de la entrega de armas a Irán dada "la guerra entre Irán e Irak, el persistente apoyo del régimen iraní al terrorismo y el hecho de que esté asociado con quienes mantienen secuestrados a los rehenes" norteamericanos.

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Reagan, utilizando su instinto, también bajo la presión de los familiares de los rehenes en Líbano, y empujado por la audacia y el activismo de su jefe de gabinete y del Consejo de Seguridad Nacional -convertido en una mini CIA- dio su aprobación a una operación secreta que no contaba con el visto bueno de los más importantes miembros de su gabinete: George Shultz y Caspar Weinberger. "No estoy preparado a admitir aún que hemos fracasado", afirmó ayer Poindexter en una entrevista.

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